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Sin ruido y con efectividad refulge el Madrid de Juande

Dos títulos de Liga seguidos no fueron suficiente aval para la continuidad de Ramón Calderón, engullido por sus corruptas maniobras. Antes se llevó por delante a Bernd Schuster para darle el mando a Juande Ramos, sin duda su último servicio a la entidad blanca.

el 15 sep 2009 / 22:58 h.

Dos títulos de Liga seguidos no fueron suficiente aval para la continuidad de Ramón Calderón, engullido por sus corruptas maniobras. Antes se llevó por delante a Bernd Schuster para darle el mando a Juande Ramos, sin duda su último servicio a la entidad blanca.

Al frente de la dirección técnica del mejor equipo del mundo se encuentra Juande Ramos. Un hombre de pocas palabras, de sabias decisiones. Después de su irregular paso por el Tottenham, el manchego no dudó ni un instante en aceptar la responsabilidad de dirigir al Real Madrid. Firmó por seis meses y desde entonces ha dirigido al equipo en un total de nueve partidos de Liga, con una derrota, la del debut en el Camp Nou, y ocho victorias seguidas. Juande, lejos de las malas formas de Schuster y sus desplantes al entorno, se ha limitado a hacer lo que mejor sabe. Encerrarse en la ciudad deportiva merengue y sacar el máximo rendimiento posible a su plantilla.

El ex técnico bético y sevillista comenzó por parar la hemorragia del Madrid con grandes dosis de sentido común. Lo primero que había que hacer era reforzar defensivamente al equipo y aprovechar el momento de gente como Robben, Raúl e Higuaín. Al mismo tiempo, fichar con acierto y traer a Diarra, un excelente mediocentro defensivo muy del gusto del técnico.

Los primeros resultados de este Madrid robusto y fuerte se han traducido en triunfos ajustados pero justos y frente a rivales como Valencia o Villarreal. Poco a poco, además, el equipo se ha ido soltando en ataque gracias al estado de forma de Raúl e Higuaín y las prodigiosas internadas de Robben. Falta la excelencia en el juego, algo que ha provocado que más de un técnico tuviera que salir corriendo de Chamartín, pero por el momento y en vísperas de una apasionante eliminatoria de Copa de Europa con el Liverpool poco más se le puede pedir a Juande.

Quizás esa eliminatoria por la que todo el mundo suspira en el Madrid pueda ser un buen aval para que el Betis llegue al Bernabéu sin hacer ruido y pueda lograr la victoria. No será fácil, sin duda, pero algún día debe romperse la racha del Madrid y Chaparro ha preparado a conciencia el encuentro. La obsesión del trianero es parar esos pasillos interiores por donde el conjunto merengue hace estragos: incursiones de Raúl, diagonales de Robben, empuje de Gago, paredes de Higuaín o remates de Huntelaar. Mucha tela por cortar.

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