El Festival Internacional de Cine de Sitges trabaja con la idea de conmemorar en la próxima edición los aniversarios de dos películas míticas del género, en este caso de la ciencia-ficción, Alien, el octavo pasajero y Los Cazafantasmas. Según explicó ayer el director del certamen, Ángel Sala, en la próxima edición "el leit motiv del festival será el 30 aniversario de Alien y los 25 años del estreno de Los cazafantasmas". En la presente edición, han sido eje del festival de Sitges los 40 años de 2001, una odisea del espacio, motivo por el cual se ha concedido el Gran Premio del Festival con carácter póstumo a su director, Stanley Kubrick. También se ha recordado el 40 aniversario de La noche de los muertos vivientes y de El planeta de los simios.
Aunque aún es pronto para hablar de invitados que arropen esta efeméride, dijo Sala, a nadie se le oculta que sería fantástico poder contar con la presencia en Sitges de la actriz Sigourney Weaver, protagonista de Alien en el papel de la teniente Ripley, o a su director, Ridley Scott, que ya estuvo en Sitges años atrás, o del actor Bill Murray, uno de los 'cazafantasmas'.
Pasado el ecuador del festival, su director ha hecho un balance "más que positivo", pues "hasta ayer [por el lunes] se han vendido unas 40.000 entradas, prácticamente la misma cifra del pasado año, pero teniendo en cuenta que este año no hemos podido aprovechar el puente del 12 de octubre, que este año ha caído en domingo, fuera del festival". Sala cree que el certamen podrá alcanzar las 50.000 entradas que se había planteado inicialmente la organización.
Son varias las películas que ya tienen su aforo agotado, como Blindness, de Fernando Meirelles o el filme sueco Déjame entrar, mientras que otras como la polémica Martyrs, el documental The religions o el filme de clausura del certamen están a punto de agotar las entradas.
Con el director francés Pascal Lauiger y su segundo largometraje, Martyrs, proyectado ayer dentro de la sección competitiva Fantástico, llegó al Festival de Cine de Sitges el terror extremo y la polémica.
La película, que ya causó cierto revuelo entre los programadores de festivales que pudieran ver Martyrs en el último festival de Cannes, narra y muestra con pelos y señales el proceso de martirio de una joven, humillada, golpeada y al final despellejada.
Tras asegurar que es un "fan del cine de terror", Laugier dejó bien claro para aquéllos que juzgan su película, que "el cine de terror ha de tener siempre un punto de transgresión y provocación". Pretendía que ese tipo de cine transgresor llegara al gran público, porque "hace años que las películas de terror las hacen los fans para los fans del género". Laugier admite que Martyrs es una cinta genuinamente francesa, europea, que bebe en una cultura arraigada en su país: "George Bataille y sus ideas sobre la necesidad del sufrimiento, unas ideas muy ligadas a la tradición católica, o también Foucault, que me ha influido tanto que lo conozco casi de memoria". Martyrs es también, añade su director, una "reivindicación de un cine de terror europeo que no pretende emular las películas del género norteamericanas".
Argumenta Laugier que "no se incluyen escenas de agresión sexual porque "no hay nada menos valiente que hacer aparecer el sexo en una película con la pornografía por todos los sitios".
Pascal Laugier forma parte de una generación de jóvenes realizadores franceses que se han apuntado al terror extremo, como Alexandre Bustillo y Julien Maury con À l'intérieur, o Xavier Gens y su Frontière(s).
