Para el Gobierno, una de las causas que explica el diferencial de los precios de España con otros países de la UE se debe a que los españoles aún no saben lo que vale un euro. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, afirmó que "no se ha interiorizado" y admitió que la moneda ha provocado subidas de productos de bajo valor, como un café.
La inflación se situó en noviembre en el 4,1%, muy alejado del objetivo del 2% del Gobierno, como consecuencia de la escalada del petróleo y de los cereales y su repercusión en los alimentos. Para el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, uno de los factores que incide en la subida de los precios y en el diferencial con los países de la Unión Europea (UE) es que los españoles "no han interiorizado todavía lo que vale un euro".
Solbes reconoció que la moneda europea ha tenido efectos inflacionistas en productos de bajo valor y en el diferencial de inflación respecto a Europa. Un hecho, explicó, que se puede ver en el comportamiento de los ciudadanos al dejar sus propinas en restaurantes o cafeterías. "No sabemos todavía que 20 céntimos son 32 pesetas y que un euro son 166", lo que deja escenas tales como ciudadanos que en un bar dan propinas de hasta el 50% del valor del producto.
Solbes, que participó en el Foro Economía en Progreso organizado por el PSOE, subrayó que la inflación "disminuirá y retornará" a tasas inferiores al 3%, pero que este descenso "no se producirá antes de marzo".
El ministro de Economía se refirió al incremento del IPC en los últimos doce meses para asegurar que "es una evolución que nos preocupa por su impacto en la renta disponible de las familias", al tiempo que señaló que para rebajar el diferencial de inflación respecto a Europa es necesario seguir trabajando a medio plazo para mejorar la competencia, los canales de distribución, la oferta de productos y educar a la población en materia de consumo, si bien reconoció que mientras tanto habrá "precios algo más caros".
El diferencial de la inflación en España frente a la Eurozona sigue en el 1,1%, situándose en su promedio histórico desde 1999, unas cifras que "no son excepcionalmente altas", aseguró. Una diferencia de precios que se debe a la fiscalidad en materia energética, que es más baja en España, y al aumento de la demanda del consumo mundial, por lo que el "gran reto" es trabajar en atajar estos aspectos. Además aludió al aumento de precios en el sector turístico. En este ámbito, la competencia no es una solución al problema, dijo Solbes, quien agregó que los precios han aumentado mucho porque en España el producto que se vende hoy no es el mismo que hace años.
A su juicio, el consumo privado es otra dificultad. "La gente tiene dinero a pesar de todo y se lo ha gastado", mientras que otro problema de España que repercute en el incremento de precios es la dependencia energética.
En cuanto a la alimentación, señaló que ha sido más "complejo" porque existen algunos problemas propios y otros derivados del contexto internacional, como el precio de los cereales, que afecta al de la carne, los productos lácteos o los huevos. "Donde está el problema es en el aumento de la demanda mundial", sobre todo, en el mercado asiático.
