El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, se mostró contrario a "impedir artificialmente" el "necesario ajuste" de la construcción e insistió en que "hay que tener claro" que los excesos de años anteriores deben ser corregidos para que este sector pueda volver a crecer "con normalidad".
Aunque Gobierno y Junta han puesto en marcha medidas para evitar que el frenazo económico se lleve por delante al sector, el vicepresidente entiende que las administraciones no pueden ir más allá. El PP y el sector empresarial reclaman medidas de carácter fiscal que, por el momento, el Ejecutivo no está dispuesto a acometer.
Con la desaceleración económica en el centro del debate político, Solbes quiso acotar el margen de actuaciones que, a su juicio, deben acometer las administraciones públicas. El día anterior, su homólogo andaluz, José Antonio Griñán, se pronunció en términos parecidos al admitir que mantener en el sector del ladrillo "el nivel de hace tres años es prácticamente imposible", si bien aseguró que el Gobierno andaluz quiere "un aterrizaje suave y no un ajuste brusco". La Junta ha puesto en marcha una serie de medidas, como la movilización de 1.400 millones de inversión en licitaciones públicas.
Los plazos de la financiación. Las cautelas de Solbes afectan además a otro de los grandes temas en juego en esta legislatura: la reforma del sistema de financiación autonómica. El vicepresidente del Gobierno admitió que el margen del que dispone el Gobierno para engordar la financiación autonómica es "reducido" en la situación actual, pero aseguró que su preocupación no es tanto la "cuantía" como el modelo que se pondrá en marcha para que todas las comunidades tengan la "financiación suficiente".
Y lanzó un mensaje tranquilizador a Cataluña, cuyo Estatuto incluye que antes del 9 de agosto tienen que estar establecidos los mecanismos para revisar las aportaciones que hace a la solidaridad. "Vamos a cumplir lo pactado", sostuvo, al tiempo que garantizó que hará todos los esfuerzos para cumplir con las fechas. "Pondré toda la carne en el asador", insistió.
El guiño a Cataluña fue más allá: mostró su comprensión ante el "mal sabor de boca" que genera en los partidos catalanes porque el resto de comunidades no perciben que es un "aportador neto" de recursos, si bien recordó "que no es el único caso".
En Andalucía, la Junta no habla de forma directa de aplazar la revisión de la financiación, aunque suena con más fuerza el discurso de que hacer frente a la coyuntura económica es la prioridad. Ayer fue Manuel Chaves quien dijo que quizás no sea el "mejor momento" para afrontar la financiación autonómica con una situación de desaceleración de la economía. Recordó, eso sí, que existe un calendario fijado "muy difícil de alterar".