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Solemne y optimista

el 04 may 2012 / 20:16 h.

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Cuatro estrellas
13º concierto de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Teatro de la Maestranza. Jueves 3 de mayo de 2012. Renaud Capuçon, violín. Antoni Wit, director. Programa: Obertura del Festival Académico, Concierto para violín y Sinfonía nº 2 de Brahms; Brahms-Fanfare: Lyrische Fanfaren de Udo Zimmermann.

La Obertura Académica marcó la pauta de este concierto programado con tanta coherencia como exquisitez, con una estructura muy similar al que abrió la presente temporada. El tono de la obras a interpretar era tan amable, bucólico y optimista como solemne, y así lo entendió la batuta de Antoni Wit, a quien sin embargo identificamos más con compatriotas como Szymanowski o Kilar que con el genio alemán.
Tras el buen sabor de boca que nos dejó hace dos temporadas con el Concierto de Korngold, Capuçon revalidó su condición de gran y virtuoso violinista con una excelente recreación del dificilísimo concierto de Brahms, compaginando la atlética técnica que demandan sus momentos más expansivos y calculados con el lirismo que exigen sus pasajes más íntimos y sus elaboradas cadencias, logrando parecer espontáneo en todo momento. Wit se adaptó a él con finura y sumo respeto, sin almibaramientos ni grandilocuencias y con toques tan personales como las significativas retenciones del alegre movimiento final.

Como ocurrió en su estreno en España, la pasada temporada de la Orquesta Nacional con Frühbeck de Burgos a la batuta, la Fanfarria de Zimmermann sirvió para introducir la Sinfonía N0 2, acentuando también su carácter alegre, pastoral y esperanzador. El director polaco consiguió, tras un titubeante e irregular allegro non troppo, controlar todas las secciones de la orquesta, que volvió a lucir una cuerda grave imponente, y ofrecer una versión de la pieza muy en estilo, definitivamente romántica, dinámica y jovial, sin dejar por ello de expresar también sus sombras a través de los trombones.

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