La Consejería de Agricultura y Pesca elaborará junto a sindicatos y empresarios en lo que queda de año un plan estratégico para la industria agroalimentaria andaluza 2008-2013 para "reorientar las ayudas públicas hacia la calidad, la salida al exterior y el incremento de la productividad".
El consejero de Agricultura, Martín Soler, se reunió ayer con los dirigentes regionales de UGT, Manuel Pastrana, de CCOO, Francisco Carbonero, y el presidente de la CEA, Santiago Herrero, con los acordó empezar a diseñar un plan para fortalecer la agroindustria andaluza, una de las principales de la comunidad, que emplea a más de 52.000 personas y factura más de 13.000 millones anuales.
Martín Soler declaró tras la reunión que el plan se basará en un incremento de la productividad medida en términos de capacidad de producción por empresa, ya que "hay margen" para ello y eso se puede conseguir mediante reducciones de costes y ganando tamaño, opinó. El segundo eje del plan será "la apuesta por la calidad a través de la innovación y la investigación" y "el tercer pilar" es "la apertura de nuevos canales de venta en el exterior". Estos criterios son los que guiarán la reorientación de las ayudas públicas a la agroindustria, según el consejero, quien señaló que el plan contará con el apoyo financiero de la orden de incentivos, lo que supone unos cien millones de euros al año.
También se ha consignado en el presupuesto para 2009 una partida de 120 millones para la industria agroalimentaria mediante préstamos y avales financieros para inyectar liquidez en la crisis financiera actual y que constituye una "novedad", ha destacado Soler.
Asimismo, el plan de desarrollo rural de la UE, que cuenta con más de 5.000 millones hasta 2013, contempla partidas sobre todo destinadas a la mejora de equipamientos e infraestructuras en el ámbito rural, hogar de la agroindustria.
El consejero indicó que las tres partes se han propuesto tener elaborado el plan estratégico antes de finales de 2008 para empezar a aplicarlo en 2009, al tiempo que quiso resaltar el gran potencial de crecimiento de la industria agroalimentaria andaluza.
Los dirigentes sindicales coincidieron en la necesidad de impulsar esta industria y apostaron por redimensionarla, ya que el 90% de las empresas tiene menos de diez trabajadores. Aseguraron que, si aumentan su tamaño, ganarán en competitividad, en innovación y mejorará el empleo y su calidad.
Carbonero defendió dar un giro a la política de incentivos públicos favoreciendo a las empresas que apuesten por empleo estable, por la innovación y "que no se mantengan ancladas en el pasado". En este sentido, el dirigente de la UGT reivindicó la vinculación de los incentivos a la solvencia y la viabilidad de las empresas para "no dilapidar los recursos" y sostuvo que la administración debe "complementar las inversiones empresariales" pero "sin generar un sector dependiente de las ayudas".
Pastrana condicionó la participación de la UGT en el plan estratégico de la agroindustria a que se produzcan resultados en términos de generación y de aumento de la calidad en el empleo. Por su parte, el presidente de la patronal andaluza, que define la agroindustria como la "joya de la corona de la industria andaluza", demandó la implicación de todas las consejerías en el desarrollo del citado plan estratégico, así como agilidad administrativa en el pago de las subvenciones.
