Cultura

Solitaria oreja para Morante de la Puebla en su reaparición

El diestro sevillano José Antonio Morante de la Puebla tan sólo cortó una oreja en la corrida de toros que suponía su reaparición en los ruedos españoles. Una corrida condicionada por el juego del encierro de Núñez del Cuvillo, flojo y descastado.

el 15 sep 2009 / 00:55 h.

El diestro sevillano José Antonio Morante de la Puebla tan sólo cortó una oreja en la corrida de toros que suponía su reaparición en los ruedos españoles. Una corrida condicionada por el juego del encierro de Núñez del Cuvillo, flojo y descastado. Rodolfo Rodríguez El Pana, que debutaba en España, no se entendió con el público ni tampoco con sus toros, según burladero.com.

Morante realizó una faena cuidadosa al segundo, ya que no le podía obligar en exceso. Poco a poco fue metiendo al toro en la muleta y al final del trasteo surgió la mejor tanda por el lado derecho y algunos pases al natural destacados. Sin embargo, la faena no acabó de tomar vuelo, a pesar de tener al público a favor desde el inicio. Los pinchados enfriaron también la labor, que quedó en una ovación.

Algo similar pasó en sus otros dos toros. Se vio a un Morante encajado, asentado y muy voluntarioso, queriendo en todo momento, pero tuvo que sacar los muletazos de uno a uno, y eso influyó en la emoción de las faenas.

Por su parte, Rodolfo Rodríguez El Pana, muy bullidor y haciendo de forma constante guiños al tendido, no acabó de conectar ni con el público de Vistalegre ni con sus toros. La gente, enfadada con él por momentos debido a sus gestos constantes durante las faenas, silenció al mexicano. Con el quinto el público cambió el silencio por una gran bronca. El Pana no acabó de acoplarse con el toro y siguió con toda su serie de gestos característicos, motivo para que los tendidos protestasen. Al final, tampoco ayudó la serie de pinchazos que necesitó para despenar al animal.

La corrida de toros de ayer en la plaza de toros de Vistalegre estaba anunciada para las 19:00 horas de la tarde, pero comenzó con unos veinticinco minutos de retraso debido a que Morante de la Puebla no llegó a tiempo, un contratiempo causado por un atasco que había en Madrid y en el que el Rolls Royce que lo transportaba se quedó inmerso. El Pana, que llegó en un coche de caballos, también acudió pasada la hora oficial de comienzo.

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