La construcción del carril bus va a paso de tortuga en Sevilla. Y no lo dice cualquiera, sino que se admite desde la propia Tussam, la empresa municipal de transportes, que en su día le hizo llegar a la Delegación de Movilidad (a la que está adscrita) la necesidad de hacer 66 kilómetros más de carril bus para crear una verdadera red este mandato municipal, porque sólo existían en Torneo y Carlos V... y se hicieron antes de la Expo. El compromiso se asumió, pero lo que se definió como una prioridad política se atascó: hasta ahora sólo se han hecho 12 de los 66 kilómetros de la red que se diseñó para estos cuatro años, un escaso 18%.
El primer amago no salió muy allá. Se intentó colocando unos separadores en parte de la Ronda Histórica, Menéndez y Pelayo, el Paseo de Colón y San Francisco Javier, pero se terminó por quitarlos porque los accidentes de vehículos que se empotraban contra estas barreras se convirtieron en el pan nuestro de cada día. Así que al final el carril bus sólo ha logrado implantarse cuando ha llegado de la mano de obras para hacer una calle de sentido único: 6,7 kilómetros que se acometieron en 2008 en los dos sentidos de la Ronda Histórica, 3,2 kilómetros en 2009 en la segunda ronda (Avenida de Llanes, Pío XII, Sor Francisca Dorotea y Doctor Leal Castaño) y 2,2 kilómetros en 2010 en Luis Montoto.
Esto nos da un total de 12,1 kilómetros cuando la idea eran 66. Unido a lo que había antes son sólo 16 kilómetros, lo que significa que faltan por hacer 54 para alcanzar el objetivo de una red urbana de 70 kilómetros. Es decir, que queda muchísimo por hacer. Encima, un carril bus no sólo lo nota el usuario sino también la propia Tussam, porque está determinado que por cada kilómetro de velocidad comercial que se gana se ahorran 2,4 millones de euros anuales. Y esta teoría se ha convertido en práctica cuando sólo la apertura de los carriles de Luis Montoto han permitido elevar la velocidad media en medio kilómetro por hora y elevarla de 11,7 a 12,2, lo que permite atender determinadas líneas con menos vehículos y, sobre el papel, con el mismo servicio. Eso sí, queda lejos el objetivo puesto sobre la mesa de alcanzar al menos los 15 kilómetros/hora de velocidad media.
¿Y qué red postula ahora mismo Tussam para seguir creciendo? Pues básicamente por grandes avenidas, ya que lo que se hace a continuación es adaptar los recorridos de las líneas para hacerlos coincidir con las calles en las que hay un carril bus. El mapa dibujado por la empresa apunta a, entre otras, vías como Ronda de Triana, Luis Montoto o Ronda del Tamarguillo.
Para tener este dibujo quedan años, y bastantes, especialmente si se siguen incumpliendo las previsiones. Porque para este año no sólo estaba programado sino que incluso se reservaron en el presupuesto municipal partidas para acometer el carril de Luis Montoto hasta el cruce con la avenida de la Cruz del Campo y tramos en Eduardo Dato, Ramón y Cajal, José Laguillo y la avenida de las Ciencias. En total, más de 10 kilómetros que al final no se han realizado, ya que esta inversión está vinculada a la venta del edificio de la antigua comisaría de La Gavidia, ahora de propiedad municipal pero que -dado su mal estado y la galopante crisis económica- está resultando imposible de encajar.
Toda esta situación también redunda en menor clientela, porque desde Tussam se reconoce que la escasa velocidad de una línea es lo que más desanima al usuario y lo empuja a no coger el autobús, más incluso que una subida de tarifas... siempre y cuando ésta no sea desproporcionada, claro está.
Un mal uso muy poco controlado
Oficialmente no hay cifras, pero es una evidencia que clama al cielo: se ponen muy pocas multas por el mal uso de los carriles bus. Desde la Delegación de Movilidad no se ofrecen datos concretos, y es que por lo pronto las sanciones en general han caído considerablemente (no se precisan cifras) a cuenta del conflicto sindical con los agentes de la Policía Local, que han reducido drásticamente las multas que ponen.
Si en general la cosa está así, la situación en los carriles bus en particular es todavía peor porque nunca se ha sido especialmente contundente. Movilidad sí defiende que, al menos, en la Ronda Histórica el mal uso de estas plataformas reservadas no es alarmante porque hay un control con cámaras de televisión conectadas a un sistema que, automáticamente, pone en marcha la sanción cuando un vehículo no autorizado se cuela por donde no debe.
Movilidad ha vuelto ahora a anunciar que esto se va a acabar: a finales de mes se activa la grúa telemática, y uno de sus objetivos va a ser proteger el transporte público. Esto significa que se vigilará especialmente la ocupación del carril bus, además de las paradas de taxi y autobús.
La grúa telemática significa que para multar no hará falta que esté presente un policía, ya que el operario hará una fotografía que enviará al centro de coordinación, donde se bendecirá o no si se retira el vehículo. Esto, en teoría, tiene que aumentar las irregularidades en el carril bus.
