Nacido en 1998, harían falta nueve números y año y medio para que Solo, una rata mutante en un mundo post-apocalíptico, se convirtiera en toda una sorpresa del cómic patrio. Autoeditado inicialmente por su creador, Óscar Martín, las aventuras inciales del personaje eran recopiladas en un estupendo tomo por Edicions de Ponent, que es la que se encarga desde hace un par de años de seguir publicando los nuevos álbumes de este singular personaje. Proveniente del mundo de la animación (donde trabajó en Tom y Jerry o con la Disney), el trabajo de Óscar Martín para Solo resulta extremadamente gratificante en el aspecto gráfico, con una narrativa virtuosa, que sabe cómo temporizar la acción a la perfección, aunque no se pueda decir lo mismo en lo que a guión se refiere. En este aspecto, y ya inmersos en el presente volumen, el autor bebe de fuentes tan dispersas como Espartaco o Mad Max para concretar una historia a la que le falta algo de empaque para estar a la altura del dibujo.
