Economía

Sombrerera con tocado real

Un buen día Ana García decidió sustituir sus oposiciones a la judicatura por el diseño y la fabricación de sombreros y tocados exclusivos y artesanales. Y no se equivocó.

el 15 sep 2009 / 01:13 h.


Un buen día Ana García decidió sustituir sus oposiciones a la judicatura por el diseño y la fabricación de sombreros y tocados exclusivos y artesanales. Y no se equivocó. Tras cinco años de andadura, su éxito le obliga a producir a mayor escala a corto plazo y su buen hacer empresarial fue reconocido ayer por la Cámara de Comercio de Sevilla.

"Soy la persona que conozco que más trabaja". Con esta afirmación, Ana García deja entrever el esfuerzo que le ha supuesto conseguir llegar hasta donde está con Cherubina, la firma que regenta.

Empezó diseñando tocados y sombreros "con una máquina de coser tradicional" para amigos y familiares que tenían que acudir a algún evento, mientras que estudiaba oposiciones para juez, a las que les dedicó cuatro años. Fue en este periodo de su vida cuando la joven de 30 años decidió dar un paso al frente y convertirse en empresaria de sus propias ideas.

Los primeros momentos, como en todo negocio, no fueron fáciles. En ese instante, recibió la información necesaria para arrancar su empresa de la institución que precisamente ayer reconocía su labor como empresaria en el marco del Día de la Mujer Trabajadora, que se celebra el próximo sábado.

El presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero, fue el encargado de entregarle el galardón. "Comencé hace cuatro años en un pequeño local de 30 metros cuadrados en la calle Montecarmelo y ahora tengo uno de 200 y se queda pequeño", señalaba ayer Ana, que incidía, intentando evitar las lágrimas, en que "ser mujer empresaria y casada es muy difícil".

El objetivo perseguido por Cherubina "desde siempre" ha sido diseñar y crear para mujeres "que no se conforman con un accesorio común, sino que se atreven con un complemento elegante a la par que innovador". Para ello, utiliza las técnicas más tradicionales, como los moldes de madera, "ya la mayoría de las firmas utilizan los metálicos", e infinidad de materiales, como rafias estampadas y pintadas a mano, plumas exóticas o pasamanerías antiguas. "Casi todos los materiales, por desgracia, tengo que traerlos de fuera".

Por ahora, las miras de Cherubina están puestas en el mercado nacional, donde muchas tiendas le solicitan su catálogo para disponer de sus productos. Por ello, su principal objetivo ahora, según Ana, es aumentar la producción, para lo que está iniciando una relación con la fábrica de sombreros sevillana Isesa, para sacar productos a mayor escala y así cubrir la demanda.

"Una de mis prioridades es llevar la moda andaluza a otros puntos de España", señaló. Por ahora, no se plantea salir al extranjero, "porque sólo hay otra empresa de estas características en el país, que está situada en Valencia, y en el extranjero hay mucha más competencia", subrayó.

Esta sevillana que, entre otras cosas, envió un bolso a los príncipes de Asturias con la fotografía de ambos antes de la Boda Real y que ha restaurado los sombreros de un símbolo tan emblemático en la capital hispalense como Los Seises, aseguró que el secreto de su éxito es "el asesoramiento completo que hacemos a nuestras clientas sobre el vestuario y sobre cómo llevar el sombrero". De hecho, tiene listas de espera de un mes para hacerse con un producto que cuesta entre 60 y 250 euros.

"Los modelos suelen ser exclusivos, aunque si alguien solicita alguno que haya visto y le guste se repite. En cualquier caso, al ser artesanales, nunca salen dos iguales". Por ahora, ni se plantea hacer productos dirigidos a hombres. "Es un mercado con menos posibilidades".

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