La posibilidad de que la reforma de la ley del aborto permita a las niñas de 16 años interrumpir su embarazo a espaldas de sus padres ha levantado una polvareda que tardará meses en asentarse.
Entre los expertos, y la ciudadanía en general, hay muchas dudas de que los menores de edad sean plenamente maduros para tomar una serie de decisiones, y mucho más cuando se trata de una intervención quirúrgica y los posibles riesgos físicos y psicológicos que ésta pueda acarrear.
Aún así, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, sostiene que la mayoría de edad para tomar decisiones en el ámbito sanitario son los 16 años y que la situación "es así" desde que se aprobó en 2002 la Ley de Autonomía del Paciente durante el Gobierno del PP "con la excepción en materia de aborto que proponemos eliminar", agregó Aído. No obstante, una menor de edad no podrá someterse en Andalucía a una operación de aumento de pecho sin el consentimiento de los padres, por lo que los 16 años no son siempre la edad mínima para entrar en un quirófano de forma voluntaria.
Tampoco están capacitados los menores de 18 años a abrir una cuenta corriente en una sucursal bancaria, colocarse un piercing en el cuerpo o un tatuaje. Mientras que en el primero de estos ejemplos hay un riguroso control por parte de los bancos -siempre hace falta el DNI para realizar cualquier trámite bancario-, tanto en el segundo como tercer ejemplo, salvo casos excepcionales de centros muy profesionales, no hay un excesivo celo por parte de las administraciones dado que, a simple vista, es más que habitual ver a menores de edad por la calle con piercings y tatuajes.
El 1 de enero de 2006 entró en vigor la ley del tabaco que prohíbe expresamente a los menores comprar cigarrillos. Tampoco tienen permiso gubernamental los menores para comprar alcohol en cualquier tienda de alimentación o consumirlo directamente en cualquier bar pero sí se les permite beber en la calle, al menos en varias comunidades autónomas entre las que se encuentra Andalucía.
experta.
La profesora de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Victoria del Barrio, explicó que la edad a la que los niños empiezan a razonar es normalmente cuando cumplen los 12 años, y el proceso de maduración de esta habilidad puede durar, "hasta los 16, 18 o más, depende de la personas".
"Puede que un adolescente de 16 sea tan maduro como un joven que ya haya cumplido los 25 o, por el contrario tan inmaduro como uno de 12. No es una ciencia exacta", apostilló la experta en psicología. Según ella, "nadie tiene la varita mágica" para calibrar la oportunidad de toma de decisiones sensatas y maduras, y apuntó que lo ideal sería "analizar el problema para decidir y unificar" criterios a la hora de elaborar las leyes. "Debe existir una coherencia entre las edades legales de los menores para que coincidan respecto de poder votar, irse de casa, tomar la píldora o abortar".
Así, insistió en que la autonomía "es un proceso muy complejo" con aspectos, intelectuales, sociales, económicos y morales, alcanzarla antes de los 18 es "muy complicado en un mundo desarrollado", por ello aseguró que "en el tercer mundo donde los adolescentes se buscan la vida precozmente, la madurez llega mucho antes".
En el mundo desarrollado, continuó la experta en psicología, el adolescente es "más inmaduro y no estaría mal que tuviera apoyo psicológico para la toma de decisiones importantes", concluyó.
Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha tildado el proyecto de ley del aborto de "puro oportunismo político" y de ser "contrario" a la Constitución española, y ya anunció que su partido la recurrirá ante el Tribunal Constitucional porque los populares mantienen su tesis de que "todos tienen derecho a la vida". La ministra Aído, mientras tanto, sostuvo la pasada semana que un feto de 13 semanas "es un ser vivo pero no un ser humano", por lo que no vio problema alguno para interrumpir de forma voluntaria la gestación de un feto con esa edad.
Por último, el titular del juzgado de Familia 7 de Sevilla, Francisco Serrano, recalcó que "no está de acuerdo" con esta norma propuesta por el Gobierno porque "es incongruente". Y como ejemplo puso que sí es necesaria la autorización paternal para que un menor se pueda poner un piercing o pueda ir a una excursión organizada por el colegio en el que está matriculado. Tras estos ejemplos el magistrado se preguntó: "¿Qué adulto responderá si a la menor que está en el quirófano sin autorización de sus padres le ocurre algo?".