El pasado Martes Santo estaba predestinada a convertirse en la primera mujer en pasar por la Campana empuñando la vara dorada de su hermandad de Los Javieres. Pero la lluvia le aguó esa ilusión y su atrevimiento le jugó una mala pasada. Olvidado aquel episodio, la dimisión del hasta ahora hermano mayor le cuelga de nuevo el cartel de pionera a esta Juana de Arco de las cofradías sevillanas.
-Aclárelo usted misma. Según las Reglas de su hermandad, en caso de dimisión del hermano mayor es el teniente, en este caso usted, quien asume ese cargo de manera accidental con el encargo, además, de convocar elecciones en un plazo máximo de seis meses. ¿Es así?
-Así es, pero perdóneme que no pueda hablarle más de este tema por que el martes celebraremos un cabildo de oficiales al que llevaré una carta de Palacio para que sea leída allí y en la que se detalla todo lo que han dictaminado los servicios jurídicos de Palacio con respecto a este relevo.
-¿Pero ahora mismo es usted hermana mayor en funciones o de pleno derecho?
-Ahora mismo soy hermana mayor.
-¿Y hay muchas más sorpresas en esa carta?
-Sorpresas ninguna. Todo está inventado. Las Reglas de las hermandades, como todo lo que se hace en Sevilla, suelen estar perfectamente elaboradas y pensadas como para que todo tenga solución. No hay ningún problema.
-¿Les pilló de sorpresa a los oficiales de junta la renuncia el pasado martes por motivos de salud del hasta ahora hermano mayor, Jesús Gutiérrez?
-Desde luego que sí, fue una sorpresa. Nosotros sabíamos que estaba mal y que estaba haciendo un esfuerzo grandísimo por retomar su vida normal después del episodio que ya le obligó a ausentarse de su cargo durante siete meses, periodo en el que estuve ya como hermana mayor en funciones. De hecho, llegó a retomarla, pero el pasado 24 de diciembre volvió a sufrir un síncope que también le repitió el día 30. Jesús se ha dado cuenta de que su naturaleza se estaba rebelando.
-¿Cómo se ha tomado eso de estar otra vez en la cresta de la ola y acaparar titulares por su condición de "mujer pionera" en el mundo de las cofradías?
-Yo no creo que esté en la cresta de la ola ni que sea pionera de nada. Hay muchas hermanas mayores en Glorias y también en la provincia de Sevilla. Está todo inventado. Es verdad que la sección de penitencia nunca ha tenido una mujer como hermana mayor y eso, tanto para lo bueno como para lo malo, va a estar ahí. Soy consciente de que a patir de ahora se me va a mirar con lupa. En iguales condiciones y circunstancias no se mide igual, con el mismo rasero, a unas personas que a otras.
-¿Quiere decir que la igualdad de la mujer en el seno de las cofradías aún está en mantillas?
-Igualdad sí que hay, lo único que pasa es que si una señora se equivoca conduciendo y se salta un ceda el paso no se mide de la misma manera que si esa equivovación la comete un señor. Pero no creo que sea un problema de las hermandades, sino de la sociedad en general. Habrá que tomárselo con filosofía. Por contra, tengo una experiencia muy bonita con mis compañeros del Consejo, donde hay una comunión absoluta y una unión perfecta entre todos.
-¿Para cuándo tiene pensado convocar elecciones?
-Permítame que no revele mis intenciones hasta que no pase el cabildo del martes.
-¿Pero le gustaría rematar esta etapa con su elección en las urnas como hermana mayor?
-En eso sí le voy a ser muy sincera. Primero me tengo que demostrar a mí misma y también a mi hermandad que soy capaz de hacer algo. Sí le puedo garantizar que me voy a entregar por completo. Buena voluntad no me falta. Cuando me lo demuestre a mí misma y mis hermanos estén contentos con la gestión, entonces será el momento de plantearse algo así. Soy además consciente de que yo ya soy mayor y tengo que medir mis fuerzas.
-Su arrojo el Martes Santo, cuando decidió poner en la calle a la cofradía a pesar de los malos pronósticos, ¿le ha terminado pasando mucha factura interna?
-Bueno, mucha tampoco. Ha habido muchas opiniones comprensivas con lo que hice. ¿Qué hermandad de Sevilla no se ha mojado? Hicimos un intento de poner a la cofradía en la calle pero, afortunadamente, tampoco pasó nada. Soy una persona que aprende más de los errores que de los aciertos, por lo que no me duele en prendas pedir disculpas a todo el mundo. ¿Quién no ha tenido una fallo alguna vez?
-Si se presenta a las elecciones en su hermandad, tendrá que dar por terminada su etapa en el Consejo, ¿no es así?
-Tendría que terminar este mandato y después pondría mi cargo a disposición del presidente y de la junta superior. Pero antes que el Consejo está el cumplimiento con tu hermandad. Eso sí, seguiré colaborando toda mi vida con el proyecto Fraternitas y las Tres Mil Viviendas a nivel particular y de hermandad.
-Todo apunta a que hay otros compañeros de su junta dispuestos también a presentarse a esas hipotéticas elecciones...
-No lo sé, la verdad. En todo caso, me gustaría seguir las directrices del señor arzobispo, de manera que no hubieran muchas candidaturas, ya que éstas sólo producen roces y distorsionan la vida de hermandad y la convivencia.