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"Soy el ladrón, rescátenme"

El 091, que cumple 50 años, recibe cada día miles de llamadas.

el 06 ene 2011 / 20:21 h.

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Un agente atiende una llamada en una oficina del 091 en Málaga.
"091, Policía, ¿dígame?"... "Soy el ladrón, vengan a rescatarme o me matan". Andrés Hurtado, inspector jefe de Policía, 26 años al frente del 091, ha atendido millones de llamadas durante su larga vida profesional, pero pocas como la de un ladrón que pillado in fraganti por unos ciudadanos, se refugió en una cabina y no se le ocurrió otra cosa que llamar a la Policía para que acudiera a rescatarlo.


"Al final el suceso acabó bien", relata entre risas Hurtado, curtido en mil batallas como jefe de sala del 091 de Madrid, un servicio que este año ha cumplido medio siglo, la mitad, a sus órdenes. Lo primero que escucha una persona cuando pide ayuda a este número es: "091, Policía, ¿en qué puedo ayudarle?".


Una frase "de esperanza y tranquilidad" para miles de ciudadanos en apuros las 24 horas, los 365 días del año.
En apenas seis segundos, la llamada es transferida a los operadores de sala, encargados de comunicar con los "zeta" que patrullan a todas horas las calles de la capital. En función de la gravedad del aviso, el 091 activa también a los efectivos policiales, de emergencia sanitaria o incluso a los bomberos.


Cada día la sala del 091 de Madrid recibe una media de 3.000 llamadas y en cada turno coordina unos 250 agentes de diferentes unidades que velan por la seguridad ciudadana.
Policías como los que acudieron una Nochebuena al Paseo de la Castellana, en la capital española, para interrumpir un supuesto partido de tenis que se estaba disputando en mitad de la calzada y que acabó siendo tan sólo un falso aviso de un ciudadano muy bromista.
O la anécdota de dos policías "de pega" que se presentaron en una sala de fiestas, pidieron una botella de whisky y pretendieron endosarle la factura al Cuerpo Nacional de Policía. "Esto que lo pague el 091", dijeron sin inmutarse en la sala.


El camarero, ni corto ni perezoso, cogió el teléfono, marcó las tres cifras mágicas y reclamó el pago de las copas. Personada una patrulla en el local, los agentes desenmascararon a los impostores, que tuvieron que pagar la bebida de su bolsillo y dar más de una explicación a la Policía.
Pero no todos los servicios son tan agradables ni terminan con un final feliz de cuento de hadas. En los últimos 50 años, los policías del 091 han tenido que acudir a decenas de atentados terroristas y, en la mente de todos, quedará grabado para siempre el 11-M, "un día de infamia, en el que los ciudadanos madrileños fueron un ejemplo".


angustia en el cargo. También se pasaron horas de angustia en el atraco y secuestro en una sucursal bancaria de Alcalá de Henares en mayo de 2004. Tras horas de dura negociación, el inspector Hurtado consiguió convencer al atracador, un ciudadano rumano que quería regularizar su situación en España, de que se entregara sin hacer daño a los rehenes.
Y es que en sus tres décadas como "historia viva" del 091, Andrés Hurtado ha atendido cinco millones de llamadas de emergencias, ha evitado 20 suicidios y ha coordinado centenares de servicios humanitarios.


El 091 se instaló en principio en Madrid y en Barcelona, y en el año 1960 se implantó en el resto de España.
La primera sala que se puso en funcionamiento a modo de prueba fue la de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Fue en 1958, en plena dictadura franquista, y en ese momento un jefe de sala y dos operadores se encargaban de dar respuesta a las demandas de la población.
Estos 50 años del 091 son el motivo de una exposición que se inaugura a finales del pasado mes de noviembre en el Templo de Debod de Madrid y en la que se exhiben vehículos y material policial utilizados por varias generaciones de policías.

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