El Gobierno de Sri Lanka cumplió ayer con su objetivo de derrotar a los separatistas tamiles tras más de 25 años de guerra, sin que la débil presión ejercida por la comunidad internacional haya servido para contener una ofensiva de alto coste entre la población civil.
El Ejército que dio por vencida a la guerrilla de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) y por muertos a todos sus líderes, anunció que la victoria fue celebrada en Colombo por parte de la mayoría cingalesa. El director de información del Gobierno, Anusha Palpita, declaró a Efe que "todos los líderes del LTTE han muerto".
El Ejército logró este fin de semana aislar a los últimos guerrilleros en menos de un kilómetro cuadrado, hasta que esta mañana los Tigres tamiles llevaron a cabo una operación desesperada para lograr la huida de la cúpula dirigente. "Intentar escapar era su única oportunidad. Ahora todos están muertos y no hay ningún superviviente en la zona", dijo a Efe el portavoz del Ejército, Udaya Nanayakkara.
Según datos oficiosos de la ONU, 6.500 civiles han muerto a causa del fuego cruzado y los bombardeos del Ejército desde principios de año, cuando recrudeció su ofensiva contra el LTTE.
El Consejo de Seguridad de la ONU emitió dos declaraciones en un intento de proteger a los civiles, en la última de las cuales instó al Gobierno a cumplir su compromiso de no usar artillería pesada contra el último reducto del LTTE. La UE pidió ayer una investigación internacional independiente para averiguar si se produjo una violación del derecho humanitario durante los combates. "Los responsables deben ser llevados ante la Justicia", clamaron los ministros comunitarios.
