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Steve Jobs sí era para tanto

el 06 oct 2011 / 19:43 h.

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Steve Jobs sí era para tanto. Hace año y pico, en estas mismas páginas, uno se enfrentaba al reto de glosar la figura de Steve Jobs para la sección ‘Perfilaturas' . Decíamos entonces, quizá porque todavía vivía, que asegurar que Jobs hubiera sido artífice de una revolución, casi el fundador de una religión, era demasiado.

Su muerte nos ha dejado en triste evidencia. La unanimidad global con que se ha recibido la muerte del fundador de Apple, del creador de Pixar, del responsable de que entendamos nuestro día a día en buena parte como lo hacemos, nos hace perder la razón de ese mes de febrero. Ignorábamos entonces que el motivo por el que se le dedicaba aquel perfil (la presentación del iPad) sería una de sus últimas apariciones en público. Una vez más, se había colocado ante el mundo para revolucionarlo.

De su cabeza no solo salieron aparatos. Salieron modos de vida. Navegar hoy en un ordenador sin iconos, ventanas o ratón, nos resulta impensable; escuchar música sería muy distinto si iTunes y iPod no hubieran abierto el camino, tomando el testigo de los walkman, los discman y los equipos de alta fidelidad. ¿Se acuerdan?.

Quizá la diferencia, el valor añadido de Steve, fuera lo que Tomás Delclós titulaba ayer en elpais.com como su obsesión "por inyectar belleza a las máquinas". El que sus sueños con forma de teléfonos, tabletas o computadores fuesen, además, preciosas. Por dentro y por fuera. No copiaba, evolucionaba. No hacía marketing, sino buen trabajo. No tenía clientes, sino auténticos fans. La tercera de las seis veces que fue portada de Time el repaso a sus logros se condensaba con el mítico eslogan de la compañía: Think Different. Un buen resumen de lo que fue Steve Jobs: Un pensador diferente. Necesario.

Precisamente en la necesidad recae la magnitud del personaje. La necesidad de tecnología que supo hacer aflorar entre sus fans-clientes donde antes no había nada y, sobre todo, en su empresa. La misma que un día lo despidió y readmitió porque se hundía. La misma que ha dejado como una de las mejores marcas del mundo. La misma que hereda de Jobs la incertidumbre de un futuro sin él.

Paco Torres es el responsable de Comunicación y Nuevas Tecnologías de Efecto Global-Grupo Secuoya.

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