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Su don para las manualidades puede sacarle de la crisis

el 21 oct 2012 / 18:28 h.

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El embajador de Finlandia, Markku Keinänen, con el presidente de Acoprober, José Manuel Mira.
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Noelia Mauleón es diseñadora gráfica e ilustradora. Trabajaba en publicidad y su último empleo fue como diseñadora de Ikea. Tras quedarse en paro "no quería quedarme quieta" y ha creado su propia marca de camisetas personalizadas, Miseta. Pilar Montero era jefa de obras pero la crisis inmobiliaria la dejó sin trabajo y ahora aprovecha su mano con las galletas para sacarse algo de dinero.

A Marga, fisioterapeuta sin trabajo, y Darío, estudiante de Electricidad, siempre les ha gustado la artesanía y mientras encuentran una oportunidad laboral tratan de sacarle rentabilidad con la marca Kirma, dedicada al cuero y a elaborar posavasos o cajas con serpentinas enrolladas y barnizadas. Elisa y María del Mar, administrativas, eran compañeras de trabajo. "En la oficina siempre estábamos ‘mira el collar que me he hecho, mira esta pulsera', y cuando nos echaron decidimos tratar de vender lo que hacíamos. Nuestro sueño es tener una tienda", relatan. La mayoría vende por internet y se da a conocer a través de las redes sociales y el boca a oído.

Lo que era su hobby cuando ejercían su profesión se ha convertido en una vía para intentar ganarse la vida y mercadillos como el Boulevar de las Artes de los Bermejales, organizado por la asociación de comerciantes del barrio (Acoprober), les sirve de escaparate. Ropa para bebés tejida a mano, pendientes de gominolas, colgantes de chapas o cápsulas de café, broches de fieltro, marcos de fotos hechos con papel de periódico, piedras pintadas que se convierten en cactus, vasos de yogur de cristal pintados a mano transformados en elegantes portavelas y un largo etcétera es lo que se puede encontrar en este mercadillo que se celebra el primer domingo de cada mes en la Avenida de Alemania y el tercero en la de Finlandia.

Muchos son vecinos del barrio con alguna habilidad, como la norteamericana Caitlin Rivera, que triunfa con sus muffin (magdalenas) y tartas de calabacín, zanahoria o batata típicos de su país. Pero también vienen artesanos de la provincia, como el ebanista Guillermo Holgado que tiene su taller de muebles en Dos Hermanas -"aquí no vendo pero sí que me han salido varios encargos de vecinos del barrio", dice- e incluso de fuera de Sevilla, como Manuel Jesús Benítez, de Almendralejo, que diseña tocados y peinetas. El mercadillo recibió ayer una visita muy especial: la del embajador finlandés Markku Keinänen, "muy orgulloso de tener el nombre de mí país en Sevilla", una ciudad que conoció hace 20 años cuando trabajó en el Pabellón de Finlandia en la Expo 92 y que desde entonces visita cada año.

"Soy del Este y yo creo que somos los andaluces de Finlandia", dice. Jose Manuel Mira, presidente de Acoprober, contactó con el cónsul honorario de Finlandia, Roberto Echebarría, quien comentó la existencia de este mercadillo en la Avenida de Finlandia de Sevilla al embajador, que aceptó visitarlo. La idea es hermanar este mercadillo con el de Helnsinki y, según explicó Echebarría, también hay proyectos para plantar algunos árboles finlandeses en la Avenida - "abedules, que soportan el calor", puntualiza- y señalizar alguna rotonda o plaza con un monumento o placa de la delegación finlandesa, a la que ayer acompañaron también los cónsules de Austria o Italia, otros países que dan nombre a calles del barrio.

Hasta Los Bermejales se acercó ayer también el alcalde, Juan Ignacio Zoido, que destacó el "buen resultado" de esta iniciativa de los comerciantes del barrio que "atrae gente a los bares, permite a los vecinos mayor convivencia y si además venden en domingo que las tiendas están cerradas..." Su hijo Fernandito se llevó puesto un broche de fieltro con un bebé del Sevilla (3,5 euros pagó el alcalde) y le dejó claro que para su cumpleaños quería las galletas personalizadas de Yolanda Cruz. El embajador finlandés se llevó unas de Pilar Montero decoradas con la bandera de Finlandia y España.

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