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Su hijo avisa a la banda que 'no se saldrá con la suya'

Viajero, simpático, segoviano hasta la médula y cercano. Así definen sus compañeros a Luis Conde de la Cruz, brigada destinado en la Academia de Artillería de Segovia, donde trabajaba como auxiliar de una de las cuatro Jefaturas de Adiestramiento y Doctrina de la Academia. Luis Conde, de 45 años, y su ahora viuda, de 40 años, pasaban una semana de vacaciones en Santoña. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 15:36 h.

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Viajero, simpático, segoviano hasta la médula y cercano. Así definen sus compañeros a Luis Conde de la Cruz, brigada destinado en la Academia de Artillería de Segovia, donde trabajaba como auxiliar de una de las cuatro Jefaturas de Adiestramiento y Doctrina de la Academia. Luis Conde, de 45 años, y su ahora viuda, de 40 años, pasaban una semana de vacaciones en Santoña. Pensaban regresar a Segovia en la mañana de este lunes.

Luis tenía un hijo, Iván Conde, de 24 años. Estudia también en la Academia de Artillería de Segovia. Acaba de empezar el segundo curso y era, según sus compañeros, el orgullo de su padre. Ayer, emocionado, aseguró que la banda terrorista "nunca jamás" se saldrá con la suya, al tiempo que pidió al Gobierno "que haga algo" para evitar la muerte de personas inocentes "por razones que no comprendemos". Era "una buena persona", dijo acerca de su padre, a lo que añadió que murió haciendo lo que más le gustaba, "que era viajar".

Desde Segovia, donde vivía, un amigo del brigada fallecido asegura que lo ocurrido era "impensable, no hay palabras para definir un acto así. No te lo esperas y cuando te lo dicen, no puedes creerlo". Luis Conde nació hace 45 años en la pequeña localidad segoviana de Pinilla-Ambroz, aunque cuando contaba con dos o tres años su familia decidió trasladarse a la Segovia. Allí, desde que se conoció la tragedia, sólo se habla de cómo ha sido, de quién era Luis Conde, de su afición a la charla, de cómo ejercía siempre de segoviano, "le encantaba presumir de Segovia, era segoviano ejerciente", de su trato cercano con los compañeros, y de su ansia de vivir.

Se habla también de su último viaje a Egipto. El brigada asesinado era campechano y parlanchín y contaba las historias de sus viajes, con mucho sentido del humor. Este verano había disfrutado con su mujer de esa escapada. Antes, había viajado a Francia y a Cuba y a Portugal, porque a Luis Conde conocer otras culturas y otros lugares le gustaba casi tanto como bailar.

Le echarán de menos en las clases de baile que se organizan, como actividades extraoficiales para militares y personal de la Academia de Artillería, y a las que acudía con su mujer. "Tenía mucho ritmo", cuentan de él. Además, acudía a clases de idiomas. Su comportamiento en el Ejército ha sido "intachable", como lo atestiguan las condecoraciones recibidas.

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