La ley del número uno se impuso hoy por partida doble ante dos españoles, con victoria de la tenista estadounidense Serena Williams sobre Carla Suárez y la de Roger Federer ante Albert Montañés, en la tercera ronda del Abierto de Australia.
Serena, defensora del título, se impuso por 6-0 y 6-3 a la jugadora canaria, mientras que Federer derrotó a Montañés por 6-3, 6-4 y 6-4, para situarse ambos en los octavos de final contra la australiana Samantha Stosur, y contra el ganador del encuentro entre el chipriota Marcos Bahgdatis y el australiano Lleyton Hewitt, respectivamente.
El triunfo de Serena se materializó en 81 minutos, tiempo en el que la menor de las Williams se tomó cumplida venganza de la derrota del año pasado de su hermana mayor Venus a manos de la española.
Serena salió lanzada por la victoria y tomó una ventaja de 5-0, de tal forma que parecía que el partido sería demasiado rápido. No como deseaba la canaria, cuya mejor apuesta era alargar los puntos y envolver a Serena en una tela de araña.
Carla, cuarta finalista el pasado año, no consiguió este efecto hasta el interminable juego del primer set en el se jugaron 13 "deuces" y que la española no cedió hasta la octava oportunidad.
Serena parecía impotente para cerrar esa manga, y asistía estupefacta a una encomiable defensa de la española, que si bien perdió finalmente el juego con una "caña", encontró allí más ritmo para afrontar luego el segundo parcial, mucho más suelta.
En el segundo set Carla cedió su saque en dos ocasiones pero actuó más suelta, desplegando mejor sus golpes, y moviendo mucho mejor a su rival. Pese a todo no pudo impedir que la mayor fuerza de su rival le arrollara. El problema es que dispuso de seis puntos de rotura y no logró confirmar ninguno, y mientras, cedió su saque cinco veces.
Con la derrota de Suárez, el tenis español pierde a la última de sus cuatro jugadoras, que no obstante no regresan a casa, porque disputarán, del 6 al 7 de febrero la eliminatoria del Grupo Mundial 2 de la Copa Federación contra Australia en Adelaida.
Montañés tampoco tuvo demasiado tiempo para reaccionar ante Federer, con el que había perdido en dos ocasiones anteriores, en Montecarlo 2005 y Roland Garros 2008 en tierra.
En su visita a la Rod Laver Arena, al español le faltó algo más de tiempo para asegurar sus golpes y dar más batalla al número uno del mundo, en una edición especial para él, pues hasta este año no había logrado ganar un solo partido en las ocho precedentes visitas a Melbourne.
El problema de Montañés fue que se vio presionado desde el principio por el acelerador que Federer impone en todos sus encuentros. Cedió su saque una vez en cada set, y no pudo ni siquiera arañar el de su rival, ni ponerle siquiera en peligro una sola vez. Federer acabó con 36 golpes ganadores, por solo 18 del español.
