Gustavo Suárez Pertierra, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado de la UNED y ministro de Educación y Ciencia y de Defensa durante la última legislatura del gobierno socialista de Felipe González, señaló ayer en los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide la falta de conciencia de la que aún adolece la sociedad española en relación a la problemática social y política derivada de la diversidad cultural y religiosa. Igualmente, Pertierra reconoció la dificultad de la gestión del pluralismo, sin embargo afirmó que las sociedades democráticas poseen instrumentos "legítimos y efectivos" para resolver esta gestión.
En declaraciones a Europa Press, Pertierra, actual presidente del Real Instituto Elcano, expuso una doble problemática que se derivaría de la gestión de la diversidad desde instituciones y organismos oficiales. El catedrático participó en la mesa redonda Gestión de la diversidad cultural y religiosa en el ámbito estatal, autonómico y local como parte de la programación de la tercera jornada del curso La gestión de la convivencia: los retos del pluralismo religioso que la Universidad Pablo de Olavide organiza durante esta semana en Carmona.
Así, Suárez Pertierra explicó el primero de los conflictos derivados de la gestión de la diversidad atendiendo a la evolución histórica de la sociedad española, tradicionalmente cerrada y actualmente renovada, a la que "sorprende" especialmente los nuevos problemas asociados a la multiculturalidad que plantea una sociedad abierta, mixta, plural y de mestizaje. Además, afirmó que la sociedad española, mucho más secularizada que otras sociedades democráticas, ha acogido de manera muy directa esta pluralidad religiosa y cultural.
El segundo de los problemas a los que aludió Suárez Pertierra viene relacionado con el desentendimiento de las autoridades e instituciones públicas en la gestión de los derechos fundamentales. De esta forma, el exministro apuntó que estos derechos, tales como la libertad de expresión o la libertad religiosa, deben ser gestionados desde el ente público debido a los problemas que plantea diariamente y en todos los "escalones" de la administración la diversidad cultural y la convivencia. En este sentido, Suárez Pertierra reseñó la idoneidad de los gobiernos locales debido a la cercanía de la administración con el ciudadano en el ejercicio de este tipo de derechos.
En esta línea de discurso, Suárez Pertierra afirmó que una vez que la Constitución española sienta el principio de libertad religiosa y que las "grandes leyes" que desarrollan las libertades fundamentales reconocen estos mismos preceptos, el problema de la gestión de estos derechos surge en el modo en el que son trasladados a la convivencia social, como por ejemplo la gestión de la apertura de los lugares de culto o de los enterramientos por parte de los ayuntamientos, así como la propia de los símbolos religiosos en escuelas por parte de los gobiernos autonómicos.
Finalmente, Suárez Pertierra quiso negar que la dificultad en la gestión de la diversidad cultural radique en una posible incompatibilidad de las culturas y religiones. "Es un problema de hacer compatibles las culturas", señaló el catedrático, a lo que añadió que la libertad religiosa debe compatibilizarse con las distintas confesiones en un sistema de convivencia que permita a los distintos individuos ejercer sus derechos de forma igualitaria.
