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Sube el IVA y aumentan las sospechas

El alza del impuesto no logró ayer vaciar las tiendas pero provocó una riada de interrogantes y menos caja

el 01 sep 2012 / 18:31 h.

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De izquierda a derecha, el Niño de Gines, Pastora Olivera, Juan Miguel Barquero y Manuela Cordero.

Quienes vaticinaron que los tenderos iban a encontrarse ayer –en la primera jornada de subida del IVA– más solos que el protagonista de El último hombre sobre la tierra se equivocaron. En la calle Feria, a media mañana, parecía como si nada hubiera pasado. Eso en un primer vistazo, descendiendo al detalle, a pie de caja registradora, la situación era otra. Después de meses detallando el nuevo atraco al bolsillo, casi nadie parece haberse enterado de nada. En la panadería una clienta interrogaba con fuego en los ojos el precio del bollo y no le tranquilizaba –aparentemente– conocer que era el mismo que el del viernes. “Con los panes no va la cosa”, le decían. “Ya veréis como acaban subiéndolo”, vaticinaba, quizás consciente de que la solución a los problemas bien podría pasar por subir medio céntimo al mollete de Antequera.

En el Mercadona de la Carretera Carmona, Jerónima llenaba el carro con una lista que más parecía una chuleta de un estudiante de matemáticas. “En un lado lo que necesitamos, en otro mi marido me ha puesto lo del aumento del IVA”, decía. ¿Pero ha notado algo? “La Coca-cola está hoy cuatro céntimos más cara”, atinó a decir. La subida del dos por ciento es la más difícil de detectar y una de las que más estragos económicos causará, según vaticinan los analistas económicos.

Problemas más graves tuvieron los fieles de la sesión matinal de los cines. Llevar a los niños a ver Tadeo Jones en 3D cuesta ahora nueve euros (ocho antes), y si se opta por prescindir de las gafas de dos colores, ocho euros (siete antes). “A los cines nos han obligado a tributar del 8% al 21%”, indicaba ayer por la tarde una taquillera de Nervión Plaza. Luego, con la boca pequeña casi musitaba que sí, que han redondeado para subir un euro exacto. Tunanterías hay a cascoporro. Y son estas justamente las que hacen que muchos no se fíen de nada. En el peaje de la autopista Sevilla-Cádiz ayer volvieron a incrementar la nada voluntariosa donación. Ninguna barbaridad de no ser porque exactamente hace un mes ya la subieron por aquello de hacer el agosto (más que nunca).Lo que se dice preocupados, por suavizar aquello de “aterrorizados”, andaban ayer en la Clínica Vetenatura de la Encarnación. “Un 10% más piden que exijamos al cliente, esto no ayudará a que la gente conviva con animales”. Tampoco a que esa misma gente se estire a ver qué tal le sientan unas mechas. En la Peluquería InStyle de Puente y Pellón ayer había pocos clientes, “muchos menos de los habituales una mañana de sábado, nos tememos lo peor”, lamentaban a dúo sus dos empleadas a la vera de una flamante tabla de precios que ya recogía el 21% de IVA.

“Sé que sonará feo, pero ¿cuánto exactamente me va a costar el ramo?”, cuestionaba Javier a Adela, encargada de la floristería de la calle Pureza: “16 euros, del IVA de más ya me encargo”, sentenciaba. “Tendré menos ganancia, pero de esta tienda sólo vivo yo, y prefiero ajustarme más el cinturón que quedarme sin clientes”. La suya es una opción que no podrán asumir muchos comerciantes. Sólo un tendero feliz. Miguel regenta una frutería en la calle Feria: “Mi género, de primera necesidad, no sube”. Pues todos a comer higos chumbos.

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