Sudáfrica dio vía libre a su Ejército para que ataje con sus medios la violencia xenófoba que azota el país y concretamente su capital, Johannes- burgo, en los últimos días y que ha causado la muerte de 42 personas. El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, aprobó "una solicitud de la policía sudafricana para que se impliquen las Fuerzas Armadas, con el fin de lograr el cese de los ataques en curso contra los extranjeros en la provincia de Gauteng", según declaró a través de un comunicado.
La decisión se postergó inicialmente a la espera del dictamen de un grupo de expertos de seguridad. Desde comienzos de la semana pasada, más de 42 personas, en su mayoría extranjeros, fueron asesinadas en brotes de violencia en barrios marginales de Johannesburgo. Sin embargo, fuentes de la Policía señalaron que los ataques se extendieron a localidades de las provincias de Mpumalanga y Kuazulu-Natal, en el noroeste y este del país.
Además de los 42 muertos, la violencia xenófoba obligó a desplazarse a 16.000 personas, mientras que 400 atacantes fueron detenidos desde que la violencia estalló la semana pasada en la barriada de Alexandra.
Un portavoz del Ministerio de Defensa, Sam Mkhwanazi, dijo, que habrá una presencia militar en las áreas afectadas por la violencia "tan pronto como se completen las tareas necesarias" y avanzó que el despliegue de tropas no se iniciaría de inmediato.
El brote de violencia tienen como causa aparente el recelo de los residentes locales contra los extranjeros. Los agresores acusan a los últimos de ser responsables de actos de delincuencia y se quejan de que les quitan sus empleos.
La mayoría de los extranjeros que residen en las zonas afectadas son de Zimbabue y Mozambique, aunque también fueron atacados ciudadanos de Malaui y Somalia y se registraron algunos enfrentamientos dispersos entre miembros de varias etnias sudafricanas que mantienen rivalidades ancestrales.
