¿Qué pides tú para Andalucía? Ésta es la pregunta que la web de El Correo lanzó hace dos semanas a sus lectores, la misma que muchos andaluces se han hecho por su cuenta en la antesala del 28-F. Hoy se conmemora el referéndum de 1980 en el que los ciudadanos de esta comunidad votaron masivamente por alcanzar una autonomía plena, ni más ni menos que el resto. Han pasado 34 años. En un tiempo de desafección hacia la política y hacia las instituciones, aún le quedan ánimos a muchos andaluces para abstraerse del «hartazgo» que le provocan las noticias, y reclaman una Andalucía más noble en el futuro. Eso también es política, pero la hacen los ciudadanos.
Unos niños pintan la bandera andaluza en el parque del Alamillo, por el 28-F, en una imagen de archivo. / Foto: Efe
Rafael Ortega, uno de los lectores que primero contestó, dejó escrito lo siguiente: «Sueño con un país autoeficiente en lo económico, autónomo en lo político y al mismo tiempo abierto a otros culturas, otras ideas, donde haya oportunidades y tengamos pleno desarrollo personal e intelectual», y añade: «Sueño con un país donde los empresarios, los científicos, los profesionales, sea la que sea su actividad, no olviden que su desarrollo profesional o su alcance artístico también son los logros de un andaluz». Menos prosaico, pero igual de reivindicativo, se mostró Javier Pizoto. «Soy andaluz, joven y parado. Como decía Carlos Cano, ser andaluz es la forma que tengo de ser persona. Sólo espero que Andalucía, no como tierra en sí sino como comunidad de personas, me deje serlo». Esta melancolía de Javier, que se duele porque «miles de jóvenes andaluces están condenados al exilio», también la sufre Manriqueño, que envió un mensaje entre poético y beligerante. «Sueño una Andalucía donde todos tengan derecho a una vivienda digna, inviolable, sin que sus ciudadanos sean pasto de la especulación. Una Andalucía donde los jóvenes tengan la ilusión de desarrollarse como personas y como profesionales en un futuro, sin tener que marcharse de nuestra tierra porque aquí no se cree en ellos».
En algunos casos, los andaluces han volcado toda su rabia en los mensajes recibidos. Ahí está Isabel, que deja escrito: «El deseo de la mayoría de los andaluces debería ser el que algún día despierten de este estado de estupidez colectiva, de la ignorancia y de la cobardía en que se hayan sumidos y abran los ojos de una vez, para luchar por conseguir una verdadera democracia en la que el pueblo esté representado y no seguir alentando esta pantomima con el voto cada cuatro años». Más esperanzado se mostró Fran Sinnata: «Tenemos las materias primas, creemos industrias de manipulación de minerales, de manufacturas hortofrutícolas y de I+D+I, etc
Si lo tenemos todo luchemos por nuestros derechos y pongamos de ejemplo a vascos y catalanes, no solo seamos tierra de turismo».
