Serie al filo de lo imposible. Es abrumadoramente esperpéntico que 20.000 votos, es decir los tres concejales de IU desgobiernen la ciudad. El comandante Torrijos esta semana me lo ha puesto a güevo al referirse a la Navidad como el "solsticio de invierno". ¡Toma ya! Y se queda tan pancho. Él, que en su etapa de sindicalista no le dio nunca un palo al agua, quiere de forma directa y sin su habitual e inaguantable retórica inculcarle a los sevillanos aquello de una Navidad sin Dios. ¿Solsticio? Más bien suplicio el que tendremos que aguantar durante cuatro años escuchando genialidades.
Algo parecido ocurre en el Distrito Casco Antiguo donde el adoctrinamiento político del brigadista Lolo esta convirtiendo todo lo que queda dentro del perímetro de la vieja muralla en un cortijo sin vallar; un concejal que da ordenes concretas a la Policía Local de no actuar, bajo ningún concepto, en las emborrachadonas repartidas por toda su jurisdicción. Desde la Alameda a la calle San Felipe, pasando por Cristo de Burgos, Plaza de San Leandro, Ponce de León, San Lorenzo, Museo y entorno. Para colmo sus camaradas, los de la bandera tricolor, los tolerantes, los que quieren una casa por la cara y sin trabajar, hacen de las suyas grafiteando las paredes de iglesias sin que nadie desde la calle Crédito condene los hechos. Suma y sigue comandante, y sigue haciéndote notar por tu necia, inútil y nada eficiente gestión. A ver si te enteras: en Sevilla Navidad siempre con Dios.
Ricardo Suárez es pintor
