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Susana Díaz no dejaría a los consejeros de IU seguir hasta las elecciones

Tras la previsible convocatoria de las urnas, el Gobierno sigue en funciones pero la presidenta planea repartir las tres carteras entre el resto. IU deja claro que sus miembros en el Ejecutivo no dimitirán porque «no han hecho nada»

el 24 ene 2015 / 09:00 h.

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bin_33840050_con_16669245La ruptura del pacto de Gobierno y el adelanto electoral, que previsiblemente se anuncie el lunes con el 22 de marzo como fecha para la cita con las urnas, no solo no parece tener vuelta atrás sino que será abrupta hasta el final. Hasta el punto de que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, no dejará a los tres consejeros de IU permanecer en funciones hasta las elecciones como el resto del Ejecutivo. Es más, planea repartir sus competencias entre los departamentos dirigidos por consejeros socialistas. En IU defienden que se trata de una «ruptura unilateral» por parte de la líder socialista y, por tanto, sus miembros en el Gobierno no dimitirán sino que esperarán a que les echen y evidenciar de esta forma el personalismo de la decisión. Tras más de una semana lanzando en cada comparecencia pública mensajes sobre la «inestabilidad» del Gobierno de PSOE e IU, fue ayer cuando Susana Díaz expuso esta denuncia cara a cara al líder de IU, Antonio Maíllo, en la primera reunión que ambos mantienen desde que comenzó el runrún del adelanto electoral. Se vieron en el Palacio de San Telmo a las 13.00 horas y a tenor de las valoraciones que uno y otra hicieron por la tarde en distintos actos, no fue un último intento de salvar el pacto sino, más bien, una comunicación de una parte hacia la otra de que habrá adelanto electoral. REUNIDO EL COMITÉ DE ENLACE PSOE-IU DEL PACTO DE GOBIERNO EN ANDALUCÍAMaíllo dijo salir con la misma convicción de que «no hay justificación ni razones objetivas» para la ruptura, como llevan respondiendo tanto la dirección del partido como los miembros de IU en el Gobierno cada vez que Díaz insiste en la inestabilidad. El coordinador regional de IU defendió también que «hemos sido leales con el acuerdo». «Es verdad que podemos ser incómodos en la búsqueda de soluciones para la crisis, no nos vale cualquier solución, somos duros en la negociación pero luego leales con el acuerdo alcanzado». Por ello insistió en que quien «decida adelantar tendrá que explicar por qué, se empiezan a buscar excusas que no tienen nada que ver con los intereses de Andalucía». Por su parte, Susana Díaz evidenció que la decisión está tomada y «dará la voz a los andaluces antes de que esta formación decida por ellos» porque ya instó a IU a «recapacitar» hace cuatro días pero «lo que decimos se tiene que corresponder con lo que hacemos». Sobre que su socio de Gobierno niegue que falte estabilidad, preguntó «por qué la han puesto en cuestión» al anunciar un referéndum en junio para evaluar el cumplimiento del pacto, con lo que han puesto «fecha de caducidad al Gobierno». Pese a que la consulta que la asamblea de IU en diciembre acordó, condicionada a que para verano no hubieran salido cinco de las leyes acordadas, no está convocada y durante estos días desde IU se han lanzado mensajes dejando entrever que era negociable y se podría posponer al final de la legislatura, Díaz exigía que la formación convocara otra asamblea para revocar la decisión de la primera. A ello sumó la polémica por el viaje a los campamentos de refugiados del Sahara que el vicepresidente Diego Valderas anunció y que Díaz le prohibió expresamente realizar a título institucional, un aspecto en el que también desde IU Andalucía dieron pasos atrás (Valderas dijo que reflexionaría) pero que desde la dirección nacional provocó que cargaran las tintas contra Díaz (Alberto Garzón la tildó de «indecente»?). Mientras Susana Díaz y Antonio Maíllo se veían las caras en San Telmo, lejos del foco mediático, en las consejerías dirigidas por IU llegaban los ecos de que su parón será más inminente que en otros departamentos. Cuando se disuelve el Parlamento y se convocan elecciones, el Gobierno saliente se mantiene en funciones. No se pueden aprobar leyes ni adoptar determinadas decisiones pero sí gestiones menores. Sin embargo, Susana Díaz planea impedir que los dirigentes de IU en Relaciones Institucionales, Fomento y Turismo –las tres carteras en sus manos– se mantengan en funciones hasta los comicios. Junto a la disolución del Parlamento y la convocatoria electoral, la presidenta firmaría un decreto de estructura repartiendo sus competencias en otros departamentos (se baraja que Fomento se integre en Medio Ambiente, Turismo en Educación y Relaciones Institucionales en Presidencia). A la pregunta de si los dirigentes de IU dimitirían antes de ser cesados, Maíllo dijo ayer que «en principio yo creo que no tienen por qué presentar la dimisión porque ellos no han hecho nada». No obstante, subrayó que una vez que el adelanto sea firme, el partido abordará la decisión. «No vamos a dar ningún paso previo», aclaró. Y defendió sobre todo las leyes y proyectos que se quedan en el tintero, desde las sociales como la renta básica, suministros vitales o la de igualdad contra la violencia de género, hasta las destinadas a cambiar el modelo económico como el plan de vivienda y rehabilitación o la regulación de los alojamientos turísticos.

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