"Soy Susana Díaz Pacheco y este es mi debate de investidura. En estado puro, sin complejos y reivindicándose frente a las duras críticas de la oposición, que insistió ayer en pedir elecciones y en tachar de farsa tanto su investidura como la promesa de cambio que lanzan los socialistas. Esta investidura que es legal es de dudosa ética política, arrancó el líder del PP andaluz. La primera mujer que ocupará la presidencia de la Junta de Andalucía después de 30 años de autonomía fue investida ayer por el Parlamento con 58 votos a favor, 48 en contra del PP y ninguna abstención. Y ejerció como tal desde el primer momento y con un expresidente que intencionadamente se ausentó y siguió el debate en su despacho. El tiempo nuevo al que el PSOE está aferrado como un mantra desde que José Antonio Griñán confirmara su marcha a final de julio ya es presente. Ahora queda ver si será verdad. Díaz pasó ayer su primer gran examen en el Parlamento con dos aliados, PSOE e IU, y un rival, el Partido Popular.Demostró que como parlamentaria y sin discursos prefabricados se siente más cómoda que en su papel puramente institucional. Tampoco lo tuvo demasiado complicado. El líder de los populares andaluces, Juan Ignacio Zoido, le dedicó mucho más tiempo en su intervención al expresidente Griñán que a la propia Díaz. De ahí la réplica de la socialista reivindicándose como primera espada. A cambio, la flamante presidenta trató de erosionar a su adversario atacando el problema de interinidad en el liderazgo del PP andaluz, subrayando que Zoido es un líder de paso y preso de las estrategias de Génova. Los populares tienen un guión claro, se aferran a pedir un adelanto electoral y la convocatoria inminente de elecciones a pesar de que no tienen ni candidato. Aseguran que solo así se producirá un verdadero cambio: Con Griñán solo se va Griñán y se queda el modelo viciado del PSOE, aseguró Zoido. Para los populares, Díaz es heredera de las promesas incumplidas de sus antecesores y por supuesto, del escándalo de los ERE. Voy a ser la presidenta de todos los andaluces, de quienes votaron al PSOE, al PP o a IU, dejó claro Díaz después de que el líder popular le reprochara que solo tiene el aval de los militantes socialistas y no de las urnas. Ella le recordó que tampoco el alcalde de Sevilla y actual presidente de los populares andaluces concurrió a las elecciones. Zoido tomó el relevo hace un año y dos meses, cuando Javier Arenas, presionado por Génova, cedió el testigo tras la insuficiente victoria cosechada la cita de marzo de 2012. Díaz retomó la batería de propuestas que lanzó en su discurso de investidura contra la corrupción y emplazó directamente al PP a aclarar si estaban o no dispuestos a alcanzar un pacto. Se arrogó la propuesta más valiente que se ha lanzado desde la tribuna del Parlamento contra la corrupción, sin apellidos, se llamara ERE o Gürtel.El día anterior la socialista eludió mencionar por su nombre el escándalo que investiga un juzgado sevillano sobre malversación durante una década de fondos públicos de Empleo. Zoido no fue demasiado claro sobre si estarían dispuestos a asumir estas iniciativas por la regeneración de la políticaque Díaz anunció que presentará a Mariano Rajoy para cerrar un pacto nacional. El líder del PP andaluz se mostró a favor de prohibir las donaciones privadas a los partidos pero le replicó a la socialista que de lo que debe ocuparse su Gobierno es de enviar al juzgado toda la documentación exigida para depurar responsabilidades en la trama corrupta de los ERE. Un caso, recordó el popular, que suma 116 imputados, 33 altos cargos de la Junta. En otro momento, le pidió a Díaz eficacia pero para recuperar los 1.500 millones de euros expoliados a los parados andaluces. La dirigente socialista insistió en emplazar a Zoido a un acuerdo e incluso le puso fecha: el lunes próximo. Sobre todo insistió en la propuesta de que las declaraciones de la renta de los cónyuges de los principales cargos políticos se hagan públicas. La presidenta andaluza pidió a Zoido que quedaran el lunes con Javier [Arenas] y Pepe Griñán para enseñar estos documentos. El líder del PP andaluz calló. El órdago no era tanto por Zoido como por Arenas, que pasó una parte del debate absorto en su móvil. Justo ayer se difundió la transcripción de la declaración que el exdirigente andaluz prestó el pasado 13 de agosto ante la Audiencia Nacional por el caso Bárcenas. Zoido fue generoso con su antecesor y pidió a las filas populares un aplauso de reconocimiento para quien ganó las pasadas elecciones. La dirigente socialista también emplazó, sin respuesta, al PP a hacer públicas las cuentas del partido de los últimos diez años. Las del PP están en el Tribunal de Cuentas, zanjó el regidor hispalense. El otro gran asunto del primer careo entre Díaz y Zoido no se sabe hasta cuándo el alcalde de Sevilla representará este papel en el Parlamento versó sobre cifras e indicadores económicos. Los números se prestaron a todas las lecturas posibles. Zoido, que defendió los beneficios de la reforma laboral en otras comunidades y aseguró que solo en Andalucía empeoran los datos de desempleo, lamentó que las tres décadas de socialismo hayan hundido a la comunidad. La presidenta socialista apeló a su origen de familia humilde y barrio obrero para asegurar que hace 30 años solo tenían oportunidad de estudiar quienes tuvieran un mecenazgo. Quizás en su entorno no haya gente que le pueda recordar como estaba Andalucía hace 30 años, le espetó al líder del PP. Me voy a callar lo que yo pasé de niño y de joven, le respondió Zoido. Minutos después Díaz era proclamada presidenta de Andalucía y salía dando abrazos y besos rodeada de cámaras. Solo dedicó unas palabras a los micrófonos para recordar que no puede perder tiempo y que toca trabajar. Ella ya se sentía presidenta.