Instituciones Penitenciarias ha suspendido de empleo y sueldo durante seis años a un jefe de servicio del centro almeriense de El Acebuche que desde 2008 se dedicó, de forma estable y con carácter profesional, a dar masajes, y vulneró el régimen de incompatibilidades para los funcionarios.
La sanción, que según confirmaron a Europa Press fuentes del caso entró en vigor el pasado día 6 y tiene un mes para ser recurrida, deriva de un expediente disciplinario incoado por falta muy grave y supone la suspensión de funciones y la pérdida de su destino en Almería, por lo que J.L.C. no podrá reincorporarse a su puesto actual y deberá concursar.
Instituciones Penitenciarias inició la investigación en septiembre de 2009 y esta decisión se suma a la suspensión cautelar que ya dictó para el mismo funcionario en abril tras quedar acreditado que utilizó "procedimientos inadecuados" en la gestión de su trabajo y a la espera de que con la denuncia de un interno, que le acusó de intentar practicarle "tocamientos". De momento, sólo quedó acreditado que acudió a la celda del preso "a una hora y en una forma" en que no está permitido, lo que supuso una infracción al contravenir las normas de régimen interior que regulan este tipo de situaciones al poner en "riesgo como mínimo" la seguridad del centro.
Según declaró, escuchó de madrugada "ruidos sospechosos" procedentes de la celda del denunciante y que decidió actuar dado que se había producido recientemente la evasión de dos presos de Sevilla I, si bien las normas marcan que en esas situaciones debe ir con un compañero.
El mismo funcionario fue absuelto en un tercer proceso por supuesto abuso de autoridad a un compañero.
