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Taladradora perforó los últimos metros del túnel más largo del mundo en Suiza

Destinado a enterrar el transporte de mercancías para preservar el medio ambiente de los Alpes, supera en tres kilómetros al japonés de Seikán. Ha costado 13.000 millones y su construcción empezó hace 20 años.

el 15 oct 2010 / 15:08 h.

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Ampliar Los mineros ondean las banderas para celebrar el fin de la perforación del túnel de San Gotardo.

La máquina taladradora que perfora el túnel suizo de San Gotardo, bajo los Alpes y el más largo del mundo con 57 kilómetros, ha conseguido horadar desde el lado norte los 180 centímetros que faltaban para unir esta parte con la zona sur, entre los aplausos de centenares de personas que siguen la ceremonia.

En unos 20 minutos, la tuneladora avanzó a través de la roca hasta abrir un enorme boquete que dejó al descubierto la luz del otro lado del túnel, la de la región suizo-italiana de Tesino.

Con el encuentro de los mineros del norte y los del sur a la altura de localidad suiza de Sedrun, se concluye un túnel que ha desbancado al de Seikán (Japón), de 54 kilómetros, como el más largo del mundo.

Antes de ponerse en funcionamiento la enorme máquina, el ministro suizo de Transportes, Moritz Leuenberger, destacó ante los asistentes las dificultades y obstáculos que había ido superando esta gran obra de ingeniería que cumple una importante etapa simbólica con la conclusión de la excavación completa del túnel.

Precedido por una interpretación musical en la sala bajo tierra habilitada para los distintos actos -que retransmiten en directo en Suiza la radio y la televisión- Leuenberger agradeció a los ministros de Transporte de la UE que, desde Luxemburgo, donde celebran un consejo, siguen la ceremonia.

Poco después, un sacerdote católico y un pastor protestante, representando a las dos religiones mayoritarias de Suiza, bendijeron la obra, que desde su comienzo hace casi diez años ha costado la vida a ocho trabajadores, como destacó un responsable de la empresa Alp Transit que lleva a cabo los trabajos.

El fin de la perforación del túnel de base supone una importante etapa de cara a su apertura al tráfico ferroviario, prevista para 2017, de la que se beneficiarán directamente 20 millones de habitantes del sur de Alemania, Suiza y el norte de Italia.

Los ingenieros prevén que al menos 300 trenes de pasajeros o de mercancías pasen cada día por este túnel, un nuevo recorrido que permitirá a los ferrocarriles alcanzar los 250 km/h y reducirá una hora la conexión Zúrich-Milán, hasta las dos horas y 40 minutos.

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