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También la verdad se inventa

No hay tradición sin cambio; igual que los campanilleros en pueblos cercanos a Sevilla, en algunos de Cádiz permanecieron desde el siglo XVIII, a juzgar por el léxico de sus coplas.

el 14 sep 2009 / 21:30 h.

No hay tradición sin cambio; igual que los campanilleros en pueblos cercanos a Sevilla, en algunos de Cádiz permanecieron desde el siglo XVIII, a juzgar por el léxico de sus coplas, las zambombas que por Navidad siguen reuniendo en poblaciones como Arcos de la Frontera a grupos de mujeres que las cantan; seguramente de allí pasaron a Jerez y cambiaron: melodías, como la de Por el camino de Egipto a Nazaret se aflamencaron y pasaron a servir a otros versos, por ejemplo, Estando el marinerito Ramírez, romance igual de milagrero que el de En el Arco de la Macarena, cantado por aquí, e -igualmente- sin sentido navideño. Las cosas de los cambios.

Como en eso de las tradiciones cambiantes no hay quien nos gane, en Sevilla empieza a ser tradición navideña la zambombá, neologismo recién acuñado gracias al acento ortográfico para diferenciar no sólo los villancicos flamencos de los folclóricos sino también para dar carta de sevillanía a un producto importado. El término zambombá se convirtió anteayer en letra impresa de este periódico refrendando lo que Don Antonio Machado puso en boca de Juan de Mairena: "se miente más de la cuenta/ por falta de fantasía:/ también la verdad se inventa". Pues bien; ya la hemos inventado. Ahora, a tener mucho cuidado con lo que lleva y trae el AVE porque dentro de poco la fiesta, tan nuestra, podría cambiarse en zambombada.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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