Cultura

«También se habló de crisis el pasado año y la feria se salvó muy dignamente»

La galería Rafael Ortiz cumple en diciembre sus bodas de plata como baluarte de la actividad expositiva en Sevilla. A su más que consagrada nómina de artistas, Ortiz ha ido sumando los mejores representantes de la generación de creadores más joven. Con todos ellos acude la próxima semana a Madrid.

el 15 sep 2009 / 22:15 h.

La galería Rafael Ortiz cumple en diciembre sus bodas de plata como baluarte de la actividad expositiva en Sevilla. A su más que consagrada nómina de artistas, Ortiz ha ido sumando los mejores representantes de la generación de creadores más joven. Con todos ellos acude la próxima semana a Madrid.

Fue el 20 de diciembre de 1984. El galerista Rafael Ortiz y su mujer Rosalía situaban en un montículo de la empinada calle Mármoles la atalaya desde la que visualizar las artes plásticas en Sevilla. A lo largo de todo este tiempo, la sala de mayor prestigio galerístico de la ciudad se ha hecho eco de los artistas andaluces más destacados, ha potenciado a sus autores más consagrados y ha servido de plataforma para las jóvenes promesas que luego han escrito las mejores páginas de las artes plásticas en su generación.

Esta tarea bien estructurada, ganada con el paso de los años, le ha dado el respeto y la autoridad con los que la galería Rafael Ortiz afronta su edición número 23 en ARCO, la feria comercial de arte más importante del país. Un hecho destacado si tenemos en cuenta que la internacionalización de la muestra y los selectivos controles de admisión han dejado a ARCO sin presencia de galerías andaluzas, con la única salvedad de Ortiz, que resiste como uno de los iconos de la feria madrileña (en cuyo comité asesor estuvo presente hace unas décadas).

"No puedo entrar en por qué no están otros y nosotros sí; yo simplemente creo que hago mi trabajo lo mejor que puedo, en permanente diálogo con los artistas, y que mantengo la ilusión", explica Rafael Ortiz en una entrevista con El Correo en la que admite que "debería haber más galerías andaluzas en ARCO, hay algunas que se lo merecen y no están", dice citando a su compañero Alfredo Viñas de Málaga, que después de un largo recorrido en la feria madrileña, ha sido descartado por la organización. "Incluso hay otras, que nunca han visitado la feria, que también hacen un trabajo excelente".

Zanjada esta cuestión, aparece el otro monstruo que amenaza con asomarse este año a ARCO: la crisis económica. "Ya el año pasado ocurrió algo parecido. Nos alertamos y nos alertaron mucho, pero la feria se salvó muy dignamente", recuerda Ortiz. "Para este año, el mensaje que ha mandado la organización ha sido agradecer a las galerías que sigamos estando presente, porque se han producido algunas bajas. Hay quien ha preferido no estar por miedo a que la feria no se dé bien", explica como buen ejemplo del temor a la crisis que está latente en Ifema.

Expositor "variado". Así las cosas, el galerista sevillano desembarcará en Madrid el próximo miércoles "con una oferta muy variada", en la que reúne a tres generaciones muy marcadas de artistas. Están los veteranos, dentro de los cuales se encuentran nombres insustituibles en el discurso de la modernidad en Andalucía, como es el caso del Equipo 57 y Luis Gordillo. Junto a ellos, Ortiz presenta "a una generación intermedia, pero con un altísimo nivel de reconocimiento", dentro de la cual están Miguel Ángel Campano ("que fue la estrella del expositor el año pasado", recuerda el galerista) y los sevillanos Curro González, Patricio Cabrera y Juan Suárez.

La nómina de artistas jóvenes, igualmente, la conforman los creadores sevillanos y andaluces con más proyección en el mercado nacional. Miki Leal, José Miguel Pereñíguez, Manolo Bautista y Betsabé Romero son las últimas apuestas de esta galería que siempre ha apostado por valores consagrados. "No ha sido algo premeditado", se explica Rafael Ortiz, "hemos pasado años sin incorporar artistas a la galería, pero en los últimos tres años hemos traído con nosotros a cuatro. Hay una buena cosecha".

Entre las sorpresas, el galerista presume especialmente de dos obras inéditas del reconocido e histórico Equipo 57, una escultura de formato medio, "una pieza móvil de latón, que va girando", y un relieve de escayola, así como varios cuadros "que estaban guardados y que no sabíamos casi que existían". "Vamos con mucha ilusión", resume Ortiz, que siente, a pocos días del inicio de la muestra, la satisfacción "del trabajo bien hecho".

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