El tópico de que los españoles son bajitos y gorditos se ha derrumbado en parte. Porque si los niños españoles han igualado a los europeos tras crecer dos tallas, también han alcanzado a los americanos en el peso. Alejarse de los patrones de la dieta mediterránea ha marcado este cambio generacional.
Los menores de 18 años han ganado una media de tres centímetros en los últimos 20 años, de forma que los hombres han llegado a los 177 centímetros y las mujeres a los 163. Estos datos no difieren de una a otra comunidad autónoma. Sí siguen siendo más altos los suecos, los alemanes y los holandeses.
La situación, no obstante, pinta optimista hasta que se suben a la báscula y se marcan entre cinco y diez kilos por encima del peso recomendado. El motivo: "Se ha aumento la masa corporal de forma desproporcionada (en 2,18 puntos). Eso sí, hemos constatado que las niñas empiezan a vigilar su peso a los 16 años mientras que a los varones sigue sin preocuparle", apostilla Juan Manuel Fernández, del Hospital San Cecilio de Granada.
Este centro ha participado junto al Hospital Carlos Haya de Málaga, el Vall D'Hebron de Barcelona, el de Basurto en Bilbao y el Miguel Servet de Zaragoza en el primer Estudio Transversal Español de Crecimiento 2008, presentado este fin de semana en Málaga.
En él, pediatras y endocrinólogos han valorado durante cuatro años el peso, la talla y el índice de masa corporal (la cifra que resulta de dividir el peso entre el cuadrado de la altura). La población estudiada asciende a 34.500 niños de entre 0 y 20 años. Sólo en Andalucía, colaboraron 8.000 menores de 18 años.
Los objetivos de la investigación, centrada en unificar los parámetros anteriores, se han cumplido. "Hemos obtenido, por primera vez, unos estándares de crecimiento en los niños, los adolescentes y los adultos a partir de una muestra elevada y representativa de la población", continúa Fernández.
Estas curvas ayudarán a los expertos en el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de talla infantiles, que en la actualidad afectan al 3% de los menores. La mayoría, el 80% de los casos, presentan un retraso de la pubertad (también conocido como estirón tardío) o una baja estatura heredada de los padres. "De ahí que gran parte de los niños que llegan a la consulta no padezcan ningún tipo de enfermedad", señala el doctor Juan Pedro López-Siguero, endocrinólogo del Hospital Carlos Haya.
Los menos frecuentes (apenas afectan al 5% de la población) son los trastornos que aparecen por un déficit de hormonas de crecimiento, el síndrome de Turner y el mal genético de Noonam.
Además, el facultativo subraya que no alcanzar una talla adecuada a la edad también puede esconder alteraciones digestivas, de los riñones o el hígado. "Hay que descartarlos. Lo que ya no se da en los países desarrollado son los problemas de nutrición de hace varias décadas".
Al contrario. Todos los expertos que han contribuido al trabajo, patrocinado por Pfizer, alertan del grado de obesidad en el país. Por provincias, Andalucía y las Canarias van a la cabeza y sólo las superan EEUU. "Hay que mirar al otro lado del Atlántico para ver las consecuencias", advierte López-Siguero.
