El Betis presentó a Antonio Tapia el 12 de junio, así que el técnico cordobés cumplió el domingo la redonda cifra de cien días al frente del proyecto verdiblanco para el ascenso. Y cien días después de empezar el trabajo, justo parece recurrir al juego fácil de palabras para afirmar que este Betis se ha puesto a cien. La temida adaptación va a buen ritmo y el equipo, de momento, progresa adecuadamente.
En el proceloso mundo de la política, los cargos de responsabilidad disponen tácitamente de un margen simbólico de cien días después de ser elegidos por los ciudadanos. Transcurridos esos tres meses y medio, el político defiende los pros de su gestión y sus oponentes escrudriñan los posibles contras. En fútbol no hay respiro que valga y los resultados son exigidos desde el minuto uno, pero si alguien hiciese balance de los cien primeros días de Antonio Tapia como entrenador del Betis, pocos inconvenientes podría poner a su labor. El técnico cordobés cumplió la efeméride –por llamarla de algún modo– en Albacete y la celebró con una victoria, la primera de la temporada fuera de Heliópolis.
Tapia llegó al Betis el 12 de junio. No habían transcurrido ni dos semanas desde el descenso y el sentimiento mayoritario en La Palmera era el pesimismo. Tres meses y una semana después, el Betis ocupa la segunda plaza, marca más goles que nadie, va creciendo como bloque cada semana que pasa y, en definitiva, demuestra que la tan temida adaptación a la categoría parece un hecho. Quedan 38 jornadas, así que el equipo no ha conseguido nada, pero da la impresión de que su técnico está escribiendo el guión idóneo para que haya un final feliz. No hay más que remitirse a las pruebas.
Prueba número uno. El propio Tapia alertó desde el principio de que el arranque sería espinoso porque no es fácil que un recién descendido se acople inmediatamente a las características de la Segunda. Con sólo cuatro jornadas celebradas, sin embargo, la sensación es la contraria. El Betis ha ganado tres de sus cuatro encuentros, además ante rivales de cierto nivel, y se ha asentado en la zona de ascenso.
Prueba número 2. Su trabajo de mentalización ha funcionado: Sergio García es uno de los pichichis de la categoría (cuatro goles), Pavone ha marcado otros tres y además ha dado seis pases de gol, Juanma está ofreciendo un rendimiento desconocido en él, Arzu (un caso especial donde los haya después de su explícito deseo de dejar el club) no sólo se ha quedado sino que es uno de los mejores, y de central...
Prueba número 3: la implicación. En apenas cinco partidos (cuatro de Liga y uno de Copa), Tapia ya ha hecho jugar a 22 futbolistas, una buena medida para conseguir que todos se sientan importantes. Ricardo y Nano seguramente son los únicos que no piensan lo mismo porque todavía no han disputado ni un solo minuto oficial. asignaturas pendientes. Pese a todo, Tapia aún tiene aspectos que pulir, como las lagunas de la línea defensiva, sobre todo por el flanco derecho y la portería, o la jerarquía del centro del campo, donde el único que ofrece más luces que sombras es Juande, porque Iriney no ha estado bien del todo y Sunny ha estado peor. Curiosamente, dos fichajes...