El de Baena ha dirigido al conjunto heliopolitano 21 partidos en Segunda, la cifra más baja de un entrenador en la categoría de plata desde que Manuel Ruiz de Lopera asumiera el control accionarial en 1992. Sólo Cantatore, Hiddink, Irureta, Cúper y el testimonial Antonio Oliveira, en Primera, cumplieron menos encuentros en el banquillo verdiblanco.
El portugués Antonio Oliveira protagonizó un affaire con Lopera antes del bautismo de la 98-99. Su relación se deterioró de forma evidente y, unos días antes del inicio de la competición, decidió abandonar el conjunto de las trece barras para regresar a su país.
Su sucesor, Cantatore, apenas duró 7 jornadas, saldadas con un balance de un triunfo, dos empates y cuatro derrotas, unos números que precipitaron su despido el 25 de octubre del 98, día en el que fue goleado por el Valencia en Mestalla (5-1). Clemente sólo pudo certificar la permanencia.
El segundo más efímero en la historia del club desde la llegada de Lopera fue el holandés Hiddink, que relevó, en Primera y en la 99-00, a Griguol. Permaneció 13 choques en el banco, con un saldo de un triunfo, seis empates y seis derrotas y fue despedido después de que el Mallorca caricaturizara al once de La Palmera en Baleares (4-0).
Tampoco fue capaz de soportar la presión Irureta, cesado en la 06-07 en Primera tras 14 comparecencias, idéntica cifra que firmó el argentino Cúper en el siguiente ejercicio. Lopera, curiosamente, nunca retiró su confianza a Víctor, ni en la 02-03 ni en la 03-04.
