Cultura

Tarantino fascina en Cannes

Quentin Tarantino, enfat terrible del cine americano y, por ende, vaca sagrada del Festival de Cannes, desembarcó con su reparto internacional, capitaneado por Brad Pitt.

el 16 sep 2009 / 03:02 h.

Quentin Tarantino, enfat terrible del cine americano y, por ende, vaca sagrada del Festival de Cannes, desembarcó con su reparto internacional, capitaneado por Brad Pitt, para presentar en el certamen Inglorious Basterds, su desenfadada e irregular aproximación al cine bélico.

El director desempolva una vez más su amplio abanico de influencias, desde el cine clásico a la serie Z, para la que es su película más larga -148 minutos- y la más internacional, aunque fue recibida por la prensa con menos entusiasmo del esperado.

Inglorious Bastards es, en realidad, un remake de Quel maledetto treno blindato, de Enzo Castellari, y de aquélla retoma a un atolondrado comando americano que llega a la Francia ocupada por Hitler durante la Segunda Guerra Mundial con la intención de acabar con los nazis. A partir de ahí, cualquier parecido con la realidad histórica es pura coincidencia. "No la clasificaría exactamente como una fantasía judía, ese no sería el apartado del videoclub donde la pondría", explicó un verborreico Tarantino. "Es simplemente la historia de unos personajes que, si de verdad hubieran existido, sí podrían haber cambiado el rumbo de la Historia", aseguró el director.

No por su valentía, desde luego, sino más por su imprudencia y su heterodoxia. Ellos planean, con su sentido de la superioridad ética, un atentado a la alta cúpula del nacionalsocialismo dentro de un cine parisino. "Es una metáfora sobre el poder del cine. Pero por otro lado demuestra el poder del cine sin ningún tipo de metáforas", explicó el cineasta haciendo un juego de palabras sobre el cine como lenguaje y el cine como sala.

A pesar de contar con Brad Pitt, Michael Fassbender -que concurre también en Cannes con Fish Tank-, Diane Kruger y Mike Mayers, todos ellos presentes en Cannes, el actor alemán Christoph Waltz, que interpreta a un coronel nazi, es el que roba el protagonismo de la película y acapara los mejores diálogos, por lo que fue aplaudido en Cannes. "Necesitaba un gran actor que fuera a la vez un genio de las lenguas. Y me costó tanto encontrarlo que estuve a punto de publicar simplemente el guión y pasar a otro proyecto", explicó el responsable de Reservoir Dogs.

Y es que, pese a las licencias históricas, Tarantino ha sido muy riguroso con las lenguas que se cruzan en el filme. "Da gusto trabajar en una película en la que los alemanas son alemanes, los franceses son franceses, los estadounidenses son estadounidenses y los británicos... son canadienses", bromeó Brad Pitt. La presencia de la estrella de Hollywood, que desplegó altivez con su look a lo Gran Gatsby no pudo eclipsar al divertidísimo derroche de magnetismo de Tarantino.

  • 1