El Auditorio Rocío Jurado se llenó ayer tarde ante la llegada del espectáculo CantaJuego, una propuesta ejecutada por el grupo EnCanto que tiene encandilados a los más pequeños de la casa con su dosis de magia, colorido, danzas, ilusión, cante, juegos y diversión.
Para muchos fue la propina soñada tras un verano en la piscina, la playa o de viaje, una propina que llegaba, además, a tan sólo unos días de que arranque el colegio la próxima semana.
CantaJuego lleva aldedor de 100 conciertos en toda España, a los que han asistido más de 100.000 espectadores. Y la cifra va en aumento.
El de ayer de Sevilla volvió a escenificar la total comunión entre los peques y los intérpretes, que disfrutaron a partes iguales sobre el escenario y en el patio de butacas. Y como suele suceder, al final del concierto, los más pacientes tuvieron propina, pues pudieron acercarse y conocer a sus ídolos, llevándose autógrafos, besos, abrazos y más de un recuerdo de una noche que para más de uno resultó inolvidable.