Se puede decir más alto, pero no más claro: "Tarde o temprano la democracia llegará a Irán". Así de contundente se expresó ayer Shirin Ebadi, la primera ciudadana iraní y la primera mujer musulmana en recibir el premio Nobel de la Paz, durante la conferencia que ofreció en la Universidad de Sevilla dentro del máster en Estudios de Género y Desarrollo Profesional.
Ebadi aclaró que no sabe si el cambio será dentro de seis meses o de seis años, lo que sí remarcó es que la gente se está movilizando todos los días "y está dispuesta a morir, a ir a la cárcel, a perder su empleo o a salir del país, por conseguir que en Irán haya democracia. Ante esta situación no hay gobierno que aguante".Eso sí, reclamó la ayuda del exterior y aprovechó su intervención para condenar a Italia por haber vendido armas al Gobierno de Teherán, "con las que se reprimen las manifestaciones" y que Nokia le haya facilitado tecnología punta, "con la que se han interceptado llamadas y mensajes de móviles, que han provocado la detención de muchos ciudadanos".
Aunque la Nobel de la Paz iraní se mostró en contra de algunas transacciones comerciales con su país, recalcó que está totalmente en contra de las sanciones económicas y de una intervención militar, "porque el gran perjudicado sería el pueblo".
Ebadi también puso en duda el resultado electoral del pasado mes de junio en el que salió ganador Mahmud Ahmadineyad, según el Gobierno, "porque cuando se hizo el recuento de votos, en algunos colegios electorales había más papeletas que electores".Esta situación es la que provocó, según Ebadi, que los iraníes se manifestarán de forma pacífica, "algo que es legal en la Constitución, siempre y cuando no se usen armas y se respeten las norma del Islam", que cumplió el pueblo iraní, pero, sin embargo, según esta defensora de los derechos humanos, fue reprimido con contundencia por los basij -paramilitares defensores de Ahmadineyad-.
Esta abogada, defensora de los Derechos Humanos, lamentó que por estas movilizaciones pacíficas haya habido varios muertos y más de 6.000 detenidos, "según el Gobierno, pero son muchos más, algunos de los cuales han sido torturados y hasta ha habido violaciones". Toda esta situación, insistió Ebadi, se debe a que el Gobierno de su país no respeta los derechos humanos, impide la libertad de expresión y discrimina a las minorías religiosas, entre otras restricciones, "y todo ello porque desgraciadamente es el más radical y fundamentalista que puede haber, y que peor interpretación realiza del Islam". Como ejemplo de esta falta de libertad expuso que para las elecciones se presentaron 400 candidatos, pero sólo cuatro pudieron aspirar a los comicios presidenciales por ser los únicos que contaron con el beneplácito del Consejo de Guardianes.