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Tasas universitarias, medicinas y tabaco lideran el alza de la cesta de la compra

La enseñanza sevillana dispara su IPC un 9,1% en un año tras el ‘subidón’ de la universidad, superior al 20%. La inflación bajó en julio 5 décimas por las rebajas del comercio, aunque el sevillano pierde poder adquisitivo

el 13 ago 2013 / 23:30 h.

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En la imagen, estudiantes sevillanos en las últimas pruebas de Selectividad de junio pasado. Foto: E.P. En la imagen, estudiantes sevillanos en las últimas pruebas de Selectividad de junio pasado. Foto: E.P. Julio, mes en el que los nuevos estudiantes planifican el pago de las matrículas y tasas universitarias, hizo que la educación se convirtiera en el sector más inflacionista de cuantos componen el Índice de Precios de Consumo (IPC). En el último año, la tasa de inflación en la enseñanza se disparó en Sevilla un 9,1 por ciento, y aunque para la universidad no existen datos desagregados por provincias, sí sería aproximado al porcentaje concreto para el conjunto de la comunidad andaluza, del 21,9 por ciento –22,3 por ciento para el Estado–. Consecuencias, pues, del encarecimiento de la educación con los cambios aplicados por el ministro José Ignacio Wert. En concreto, el IPC (la subida del coste de la vida) anual se situó en Sevilla en el 1,5 por ciento en julio –una décima menos que en la región, tres inferior a la media de España–, tras recortarse respecto al mes de junio un 0,5 por ciento, en especial por el impacto de las rebajas en el comercio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) Después de la educación, otros dos grupos de productos y servicios sujetos a regulación por parte de la Administración central fueron también los más inflacionistas. Se trata, por un lado, de las bebidas y alcohólicas y el tabaco, cuya subida de impuestos hizo que su tasa anual creciera el 5,9 por ciento; y, por el otro, la medicina, que hizo lo propio en un 4,9 por ciento. No hay tampoco cifras provinciales, si bien valgan como referencia las andaluzas siguientes: el tabaco, 7 por ciento de alza, y los medicamentos y el material terapéutico, el 8,5 por ciento. Son datos aportados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Siguiendo con Sevilla, el cuarto grupo más inflacionista –son doce los que componen el IPC– fue la alimentación y las bebidas no alcohólicas, cuyo índice subió un 4,6 por ciento, en un año en el que son vox populi las significativas subidas de los aceites –sobre todo el de oliva, después de llevar varias campañas a la baja–, de las frutas y de las patatas. El menaje se encareció el 1,1 por ciento, idéntico porcentaje al experimentado por el transporte –y aquí cabe hablar no tanto de los coches particulares por el efecto del aumento de la gasolina como del transporte público–, mientras que el grupo de ocio y cultura apenas varió una décima al alza. Por el lado del abaratamiento, destacó el arrojado por las comunicaciones, gracias a la sempiterna guerra de precios entre las operadoras de telefonía: 3,5 por ciento. Un 1,3 por ciento bajó la vivienda –lo fundamental, el alquiler, dado que el IPC no recoge la variación de los precios de los pisos, al considerar su compra como una inversión, no un gasto corriente–, un 0,3 por ciento, el conjunto conformado por hoteles, cafés y restaurantes y, por último, un 0,2 por ciento, el vestido y el calzado. Si aislamos el mes de julio en su comparación con junio, el mayor descenso, del 12,3 por ciento, fue para la moda, debido a las rebajas de verano, que llegaron con agresividad por la caída de la demanda ante unas bajas temperaturas que se prolongaron más allá de la primavera, mientras que la subida más acusada correspondió a la alimentación, el 1,9 por ciento. Dado que los salarios acordados en la negociación colectiva –entre empresas y sindicatos– apenas subieron un 0,65 por ciento hasta el mes de julio, según el INE, los trabajadores sevillanos han terminado perdiendo poder adquisitivo (de compra) al encarecerse el coste de la vida el 1,5 por ciento en el caso de Sevilla. De las 57 rúbricas (productos o servicios) que conforman el IPC de Andalucía, las que más se encarecieron en el último año fueron las patatas y sus preparados (41,7 por ciento, las frutas frescas (24,3 por ciento), los aceites y las grasas 21,9 (por ciento), la enseñanza universitaria (21,9 por ciento), las medicinas y los materiales terapéuticos (8,5 por ciento). Y por el lado de las bajadas, resaltaron los juegos recreativos (3,9 por ciento), las comunicaciones (3,5 por ciento) y los productos lácteos (3 por ciento).  

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