"Decir las cosas no achantaros porque siempre llegara alguien a decir una mentira, contestarles. Mi madre tiene 87 años y lo hace". El secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, clausuró ayer en Málaga la convención municipal destinada a aprobar las líneas maestras del programa electoral y, sobre todo, a sacudir el derrotismo a quienes se tienen que lanzar a la calle para pedir el voto de los ciudadanos ante el próximo 22 de mayo. "Tenemos que venirnos arriba para ganar", resumió el vicesecretario general del PSOE, José Blanco.
Este tipo de cónclaves son como retiros espirituales de los militantes para cargarse las pilas. Hacen tribu, se cuentan sus temores, oyen a sus líderes y de camino sacan músculo y se exhiben. Siempre son necesarios antes de una campaña electoral, pero se convierten en imprescindibles cuando el viento está en contra. Como ahora.
Lo que los dirigentes socialistas recetaron no es nuevo. "Decisión", "voluntad", "carácter", "trabajo". Los socialistas saben que se enfrentan a las elecciones más complicadas desde 1993 y encima en Andalucía se suman una serie de factores que agravan el mal cuadro electoral general que enfrenta el PSOE en España. Por vez primera en este granero socialista por excelencia las encuestas han encendido las alarmas y pronostican la posibilidad de una mayoría absoluta al PP de Javier Arenas. El 22 de mayo será clave porque las urnas podrán confirmar o desmentir lo que dicen los sondeos y porque lo que ocurra ese día determinará muchas cosas en el PSOE-A ante las autonómicas de marzo de 2012.
También la ejecutiva regional de José Antonio Griñán, que hace un año tomó el relevo a Manuel Chaves y su equipo rompiendo 20 años de inmovilismo en el PSOE andaluz, se examina con esa cita. El resultado, aseguran, dependerá en gran parte de la capacidad de movilizar a un electorado que hoy por hoy da muestras de apatía. Unos 500.000 votantes del PSOE en los últimos comicios, el 30% de su electorado, declara que se quedará en casa y no acudirá a votar. Esto pondría a los pies de los populares la alfombra roja hacia el poder. Y en eso hizo hincapié Griñán: "La derecha solo puede ganar en Andalucía si la gente desiste de votar".
El dirigente socialista no endulzó la foto fija. Es un "momento complicado, de crisis económica, de cabreo de la gente, de desprecio hacia los políticos", retrató. "Necesitamos en esta ocasión un esfuerzo de movilización", admitió. Y por eso pidió no solo que se hagan "muchos mítines" sino también que los socialistas se defiendan en la cola del médico, de la pescadería, al comprar el pan o la prensa.
Ya lo había hecho el día anterior, pero en plena polvareda por el escándalo de las falsas prejubilaciones pagadas con dinero público, Griñán insistió en que la política exige "comportamientos intachables" y avisó de que "cortará de raíz" cualquier irregularidad. "La lealtad partidaria no puede significar encubrimiento sino denuncia", sostuvo días después de que la juez que instruye el caso de los ERE haya imputado al exconsejero de Empleo, Antonio Fernández, en esta presunta trama en la que, según datos de la Junta, se contabilizan ya 59 falsos prejubilados (nueve militantes socialistas) y 87 irregularidades. "No hay nada que duela más que un cargo socialista haya podido traicionar la confianza de su partido", admitió. "La derecha oculta sus casos, cierra filas, protege a sus corruptos, tiene un código ético con las páginas en blanco, acusa a jueces y fiscales, pero eso no puede ser para nosotros ni una excusa", agregó.
Blanco se mostró convencido de que "el caballo ganador es el PSOE de Andalucía", parafraseando el lema de la alta velocidad. Sus mensajes estuvieron también destinados a reforzar la autoestima socialista: "No tenemos nada de lo que avergonzarnos y mucho de lo que sentirnos orgullosos como socialistas" o "tenemos que defendernos". Sus augurios ignoraron los pronósticos electorales. "Vamos a darle una lección a la derecha el 22 de mayo en Andalucía. El jinete éste que va a toda velocidad y que es Arenas se va a dar de bruces contra los votos de los ciudadanos el 22 de mayo", señaló. Salió también a relucir la trama Gürtel. "Fue Arenas quien dijo que gobernar es imitar a [Francisco] Camps. Solo pensar eso es un pecado. Estoy seguro de que Arenas llevará en su pecado la penitencia que se merece, otros cuatro años en la oposición en Andalucía".
El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, aprovechó ayer para dejar clara la postura de la dirección federal respecto a la bronca interna en Jerez. Tuvo un gesto de cariño con la alcaldesa, Pilar Sánchez. "Sé bien que tengo que estar Pilar apoyándote en Jerez y lo voy a estar en la primera quincena de abril".
La sucesión de Zapatero flotó en el ambiente, pero no hubo ningún mensaje. Si lo anunciará en abril o si será Rubalcaba el sucesor, "solo lo sabe ahora mismo Dios", dijo gráficamente un dirigente del PSOE-A.
