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"Tenemos un deber hacia quienes perdieron a los suyos"

Alemania recuerda a las 21 víctimas del ‘Loveparade’ en un funeral.

el 31 jul 2010 / 19:21 h.

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Una joven enciende otra vela en recuerdo de las víctimas del ‘Loveparade’.

Los habitantes de Duisburgo y la plana mayor de la política alemana recordaron en un funeral a las 21 víctimas de la Loveparade, una semana después de la tragedia precipitada por un caos organizativo que ha sumido a Alemania en el dolor y la indignación.

La primera ministra del Land de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, instó, desde la Iglesia evangélica del Salvador, a actuar "con sentido del deber" en el esclarecimiento de una tragedia en la que murieron 21 "personas jóvenes, llenas de vida". "Tenemos un deber hacia quienes perdieron a los suyos", dijo Kraft, para recordar que entre esas víctimas había jóvenes "llegados de Italia, Holanda, Bosnia, China y España", en alusión a los ocho extranjeros muertos en la multitudinaria fiesta tecno, entre ellos las españolas Clara Zapater y Marta Acosta.

Todos acudieron a Duisburgo a divertirse en una Loveparade que se convirtió en una "danza de muerte", en palabras del presidente del Consejo de la Iglesia evangélica, Nikolas Schneider, que ofició el funeral junto al obispo católico Franz Josef Overbeck. Kraft fue la única representante política que habló en el oficio, al que asistieron la canciller, Angela Merkel, varios miembros de su Gobierno, el presidente del país, Christian Wulff, y otros representantes de las más altas instituciones políticas, salvo el alcalde de Duisburgo.

Fue una ceremonia sobria y emotiva, acompañada por la música de La Pasión según San Mateo, de Johannes Sebastian Bach, interpretada desde el órgano del templo. Junto al altar quedaron 21 velas, que depositaron y encendieron miembros del cuerpo sanitario, bomberos, policías y asistentes parroquiales que el día de la tragedia atendieron a las víctimas.

Debido a la dimensión del templo, con capacidad para sólo unas 500 personas, la ceremonia fue transmitida en directo desde otras 14 iglesias de la ciudad y el estadio de fútbol de Duisburgo, sobre cuyo césped se extendió una gran cruz.

Las dos cadenas nacionales de la televisión pública, ARD y ZDF, más la regional y los canales de información privados transmitieron el acto, una semana después de una tragedia que provocó, además, 511 heridos, 25 de los cuales siguen hospitalizados. "Nos asaltan imágenes terribles de jóvenes luchando por su vida, desesperadamente, personal sanitario y policías exhaustos, también necesitados hoy de todo nuestro apoyo. Y también rostros adultos, que rehuían petrificados su responsabilidad", dijo Schneider, máximo responsable de la Iglesia evangélica, mayoritaria en Alemania.

A la ceremonia religiosa no acudieron, por razones de seguridad, las dos personas sobre la que se han cernido estos días todas las críticas: el alcalde, Adolf Sauerland, y el organizador, Rainer Schaller, al que apuntan como responsable directo de lo ocurrido los informes provisionales de la policía y la fiscalía.

Tras el oficio, miles de ciudadanos marcharon hasta el lugar de la tragedia, el túnel de acceso al recinto, convertido ahora en un mar de velas encendidas, flores, mensajes, pancartas reclamando responsabilidades y banderas de las nacionalidades de todas las víctimas, incluida la española.

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