A finales del pasado año salió a la venta Endlessly, el nuevo disco de la cantante galesa Duffy. Tras arrasar con el soul de su Rockferry, la artista vuelve con un álbum más moderno, donde encontramos canciones más disco e incluso funkies, como su nuevo single Well Well Well.
Tras los Grammys (nominada a tres, ganado uno al mejor álbum vocal), los Brits (ganó cuatro incluyendo el de mejor álbum) y 6,5 millones de discos vendidos, sería razonable pensar que regresaría con Rockferry 2ª Parte.
En cambio ha hecho todo lo contrario. El segundo álbum de Duffy muestra numerosas nuevas facetas. “No soy la misma que entonces”, dice. “Era una niña”, argumenta.Endlessly muestra simultáneamente canciones que son más movidas y bailables de lo que había hecho anteriormente la galesa de 26 años de la Península Llyn, además de temas acústicos y desnudos que nos enseñan a una Duffy más filosófica.
“En un determinado momento, pensé ¿esto va a ser un disco indie?”, se ríe. “Es así como empecé a sonar”. Las letras tienen más poderío en este disco, que es más sentido, mundano y que también tiene más salsa y diversión (I’m his lover/ Not his mother son la primeras palabras que escuchamos).
“Creo que se puede tener algún miedo a ser frívolo con la música, miedo de decirlo con la boca pequeña”, dice. “A veces se trata de pasárselo bien”.
Tras triunfar en todo el mundo con su personal estilo neo brit-soul en su álbum debut, la artista decidió darle un giro completo a su carrera.
Para ello se desvinculó de Rough Trade y de Bernard Butler (responsables de canciones como Mercy) y contrató al archiconocido Albert Hammond (Tina Turner, Julio Iglesias, Johnny Cash o Elton John, entre otros) para componer las canciones de su nuevo disco.
“Al final de todo ese ciclo necesitaba que me recordasen lo que había venido a hacer.
Se me olvidó por un momento cuál era mi trabajo y mi rol. No soy una modelo, ni una celebridad. Entonces ¿quién soy? Todo es muy complicado. Ser fiel a tu integridad es muy difícil. Tener todo lo que quieres es insano”.
