El veterano director Werner Herzog, artífice de grandes filmes como Fitzcarraldo o Invencible, y de documentales como Grizzly man, es uno de los cineastas llamados a inaugurar la cartelera española de 2010 con una cinta de policías y drogas que, todo sea dicho, no cosechó críticas muy entusiastas en su estreno, pero cuyo reparto estelar -con Nicolas Cage, Eva Mendes y Val Kilmer a la cabeza exige ser tenida muy en cuenta.
Remake de The bad lieutenant (Teniente corrupto), una película dirigida por Abel Ferrara en 1992 y protagonizada por Harvey Keitel, esta nueva versión lleva por título original Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans y cuenta con un solvente guión de William M. Finkelstein.
La historia narra la peripecia de Terence McDonagh, detective de homicidios del departamento de Policía de Nueva Orleans, quien evita que un preso muera ahogado durante las inmediatas consecuencias del huracán Katrina. Debido a su acción, se lastima seriamente la espalda. Resulta por ello ascendido a teniente y, tras recibir tratamiento por medicación para el dolor, es devuelto al servicio activo.
Un año más tarde, Terence es un adicto al Vicodin y a la cocaína; animado por la presunción de que puede hacerse cargo de cualquiera a quien necesite vigilar, resulta mejor policía que nunca. Cuando una familia de inmigrantes africanos aparece masacrada, sus jefes están suficientemente convencidos de que él es el tipo idóneo para encabezar la investigación.
Y he aquí que da con la identidad de un testigo ocular, un chico de los recados llamado Daryl quien, con el objetivo de lograr la libertad condicional para su madre encarcelada, se muestra predispuesto a testificar contra un traficante de drogas apodado Big Fate, quien hasta entonces parece invulnerable a cualquier acusación debido a su inclinación a asesinar testigos. Y recae sobre Terence salvaguardar a Daryl, labor que se hace más difícil debido a una llamada telefónica de su chica.
Nicolas Cage ha asegurado que este remake se diferencia de la versión original en que "toda ella estaba construida desde una perspectiva muy judeocristiana. Con Werner y este guión pensé que podíamos abordar el Teniente corrupto original y hacer con él un filme mucho más abstracto. Asimismo, la idea de un panorama de drogas sin drogas se me hacía atractivo", asegura el actor, para quien el trabajo con Herzog ha sido "toda una experiencia de crecimiento", según sus propias palabras.
