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Teoría sobre el voto del PP en Madrid

El anuncio de la candidatura de Esperanza Aguirre a la presidencia del Partido Popular de Madrid nos da pie a reflexionar sobre el curioso fenómeno político que, dentro de una misma formación, se da en la capital de España, circunscripción copada por el centro-derecha al menos desde 1995.

el 15 sep 2009 / 08:00 h.

El anuncio de la candidatura de Esperanza Aguirre a la presidencia del Partido Popular de Madrid nos da pie a reflexionar sobre el curioso fenómeno político que, dentro de una misma formación, se da en la capital de España, circunscripción copada por el centro-derecha al menos desde 1995.

No es fácil entender el comportamiento del voto en Madrid. Por una parte conviven como candidatos del mismo partido Esperanza Aguirre, en la Comunidad, y Alberto Ruiz-Gallardón, en el Ayuntamiento, sin que sus discursos políticos sean en absoluto coincidentes: el de Aguirre está muy cerca de los neocons, y el de Gallardón ha asumido los valores que hicieron la actual Europa, desde la democracia cristiana a la socialdemocracia en lo que se refiere a las políticas sociales.

¿Cómo es posible, cabría preguntarse, que idearios y programas divergentes quepan dentro del mismo paquete que se presenta al elector madrileño? Y más: ¿Qué explicación cabe dar al hecho de que una y otra posiciones (derecha-derecha y centro-centro) arrasen en los comicios tanto a la Autonomía como al Ayuntamiento? Mil veces me lo he cuestionado y otras tantas no encuentro respuesta. Pero al menos tengo una teoría. Ésta:

Desde que en 1995 Ruiz-Gallardón le arrebató el Gobierno de la Comunidad al PSOE con un programa moderado que luego fue deslizando hacia el centro izquierda, el PP puso su pica en Flandes y será muy difícil volver a la situación anterior, también porque el Partido Socialista de Madrid es un avispero al menos desde los tiempos de Largo Caballero, según recoge Azaña en sus memorias.

El fuerte liderazgo de Gallardón y su personalidad política desbordan al propio Partido Popular. En Madrid se vota a Gallardón, y de esta circunstancia se ha venido beneficiando en dos ocasiones Esperanza Aguirre, que muy probablemente hubiese obtenido un muy otro resultado sin la compañía en el cartel del actual alcalde.

¿Votaron los madrileños gestión privada de la Sanidad y de la Enseñanza así como de otros servicios públicos? ¿Dieron su apoyo los electores a las políticas neoliberales de horarios comerciales hasta de noche y de apertura sin límites en domingos y fiestas de guardar? Sinceramente, creo que no. Y aunque al sufragio, por su propia naturaleza secreto y soberano, no cabe imputarle intenciones distintas de las del mandato que impone, cabe especular, intelectualmente hablando, con esta teoría que no es tan disparatada.

Esperanza Aguirre controla férreamente el PP de Madrid, hasta el extremo de expulsar de su Gobierno a los disidentes que han apoyado a Rajoy. Es seguro que en el Congreso regional saldrá elegida por la abrumadora mayoría de los compromisarios de un partido que ha ido haciendo a su imagen y semejanza.

Pero veremos a ver si el electorado madrileño, mejor informado sobre sus verdaderas intenciones, vuelve a darle en 2011 la llave de la Puerta del Sol después de una legislatura gobernando con ese tufo elitista de perfume neoconservador americano.

Periodista

gimenezaleman@gmail.com

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