J. Alonso / J. G. Palas
(Vídeo: Paco Puentes)
La Consejería de Salud ha informado hoy al Ministerio de Sanidad del fallecimiento de una mujer de 20 años por complicaciones derivadas de la gripe A/H1N1.
La paciente, que tenía antecedentes de una enfermedad previa, ingresó el pasado miércoles, 19 de agosto, en el Hospital San Cecilio (Granada) con varios síntomas como fiebre alta, tos, dificultad respiratoria y vómitos. La mujer, natural de la provincia de Granada, ha fallecido esta mañana.
La Consejería de Salud tiene a disposición de los ciudadanos información sobre la gripe A/H1N1 en su
weby en el teléfono de Salud Responde 902 505 060.
Un día antes, Nayat, una mujer marroquí de 39 años se había convertido ayer en la primera víctima mortal de la Gripe A en Andalucía en un día en el que el virus se cobró otra víctima en La Línea (Cádiz). Nayat, vecina de Alcalá, ingresó el 16 de agosto en el Hospital Nuestra Señora de Valme y falleció ayer, tres días después de una cesárea que le salvó la vida a su bebé.
La trágica historia de Nayat empieza el 14 de agosto. Estaba embarazada entonces de 39 semanas de su tercer hijo, la primera niña. Estaba a punto de dar a luz. Pero entonces su hijo menor, de 14 años, empezó a tener síntomas de la gripe A. Alta fiebre, problemas respiratorios... Fueron al hospital, le hicieron las pruebas y dio positivo. Sólo dos días después su otro hermano siguió sus pasos. Fue entonces, según el relato de la familia que coincide con las fechas difundidas por el Servicio Andaluz de Salud, cuando ella empezó a sentir los mismos síntomas: fiebre alta, tos y dolor torácico. Ella fue ingresada en planta.
Durante la semana, sus dos hijos fueron dados de alta y volvieron a su casa, aunque con la recomendación de que tuvieran precaución para evitar contagios. Ella siguió en el hospital. Según la familia, sin que los médicos le aclarasen qué enfermedad tenía. "Nos decían que era gripe, pero no sabían de qué tipo", resume su marido, Abdesselam. El día 18, dos días después de su ingreso, se planteó la cesárea, que finalmente no se hizo hasta el jueves.
La intervención fue, según señalan tanto el SAS como la familia, positiva. La niña pesó 4,2 kilos y nació en buen estado de salud. Las pruebas determinaron, según confirmó ayer la consejera de Salud, María Jesús Montero, que la pequeña no se contagió. Como señalan las primeras investigaciones, el virus no se transmitió por la placenta. El bebé estaba ayer en el centro hospitalario, esperando obtener el alta médica.
Tras esta intervención, Nayat entró en la Unidad de Cuidados Intensivos. Pero con una evolución favorable, según la información que los familiares aseguran que les fue facilitada por los servicios médicos del hospital. Incluso su marido Abdesselam y su hermano Mustafa recuerdan una llamada que recibieron el sábado. Los médicos le explicaban que todo iba bien y que se estaba recuperando favorablemente.
Pero ayer, a primera hora de la mañana, las noticias fueron muy distintas. Les dijeron, siempre según su relato, que había empeorado. Que los problemas respiratorios habían derivado en un problema cardiovascular. Esa misma mañana, Nayat falleció. Y horas después, los familiares de la mujer aguardaban en la puerta del hospital una explicación sobre lo ocurrido. A primera hora de la tarde, cuando esta mujer marroquí ya se había convertido oficialmente en la primera víctima del virus en Andalucía, ellos seguían sin dar crédito. Barajando todas las posibilidades: "No sabemos si ha sido una gripe normal, un virus o cualquier otra cosa. Tenemos que esperar lo que diga la autopsia -que se practicó en el Virgen del Rocío-".
Para esta familia de Assilah, un municipio perteneciente a Tánger, hay demasiados elementos que no encajan. El primero, la falta de factores de riesgo. Según su relato, durante los nueves meses de embarazo, Nayat fue sometida a todo tipo de revisiones médicas, que siempre tuvieron resultados positivos. "Estaba sana, no tenía nada hasta la pasada semana", afirmaba una y otra vez su hermano, quien negaba expresamente las declaraciones realizadas por la consejera de Salud. María Jesús Montero aludió a otros factores que participaron en el trágico desarrollo de los acontecimientos: "Aparte del embarazo, esta persona tenía una obesidad importante, aunque no se pueda calificar de mórbida, así como otros factores de riesgo, ya que padecía hepatitis". "Es falso, estaba sana", subrayaron desde su familia.
La segunda pieza que no les encaja es la falta de información. Ayer no podían creérselo. "Nos habían dicho que estaba bien, que le estaban haciendo pruebas y que querían hacer la cesárea como medida de seguridad y para poder tratar mejor su enfermedad, pero nunca nos dijeron que tenía Gripe A", explica Abdesselam. Sus familiares lo corroboran. Nayat entró en el hospital después de que ingresaran a dos de sus hijos, con síntomas que, según ellos, invitaban a que fuera ingresada por precaución y porque ya estaba prácticamente fuera de cuentas. Eso sí, admiten que sospechaban que era algo contagioso, porque para verla había que usar guantes.
La Consejería de Salud eludió, en una comparecencia ante los medios celebrada ayer a primera hora de la tarde, negó que se produjeron problemas de comunicación con esta familia marroquí. "No deseo polemizar con los familiares, ya que hay que comprender el dolor y la rabia que les atenaza. A la familia se le ha proporcionado toda la información necesaria y se le ha solicitado su consentimiento para practicarle la cesárea a la fallecida y administrarle el tratamiento", apuntó Montero.
A los familiares tampoco les encaja el proceso seguido. Según la consejera se ha seguido el protocolo decretado para este tipo de casos a rajatabla. Pero los parientes de Nayat no entienden que después de detectar la gripe A en un menor con su madre embarazada de nueve meses pasaran dos días antes de que ella fuese al hospital. No comprenden tampoco por qué sus hijos fueron enviados a su casa.
Después de todo el día esperando respuestas los familiares se dirigieron al Hospital Virgen del Rocío, donde se le practicó la autopsia a la víctima. En ningún momento criticaron la atención recibida como pacientes, pero sí la falta de comunicación y el retraso en darles explicaciones. En torno a las tres de la tarde de ayer aguardaban a ser recibidos por algunos de los responsables del Hospital o una llamada que les explicase qué es lo que había ocurrido.