Cultura

Teresa Viejo: «La represión psiquiátrica de la Guerra nadie la quiere contar»

La periodista Teresa Viejo debuta en la novela con ‘La memoria del agua’

el 03 dic 2009 / 20:39 h.

Teresa Viejo, feliz con su novela.

Hubo un tiempo -la España feliz e inconsciente de los años 20- y un lugar -un lujoso balnerario, levantado como un espejismo en medio de la Mancha- trufado de simbolismos, de precisas metáforas de la vida y la muerte, de la historia del país.

Sobre estas dos coordenadas espacio-temporales ha construido la periodista Teresa Viejo su primera novela, La memoria del agua (MR ediciones), donde reconstruye la historia de La Isabela, un balneario de aguas termales, un Real Sitio nacido en el siglo XIX en la linde de las provincias de Guadalajara y Cuenca y que, como no podía ser de otra forma, murió ahogado -"al agua lo que es del agua", dice la autora"-. Y es que La Isabela existió realmente y, tras una convulsa existencia, el pantano de Buendía lo cubrió en 1955.

La Isabela, pues, es el escenario del libro y también el eje que une sus dos partes en un excelente giro narrativo que, paradójicamente, le sirvió en bandeja a la autora la propia realidad: "Ha habido muchas tensiones entre la periodista y la narradora en este libro", reconoce Viejo. De este modo, el libro se inicia en la segunda década del siglo XX, en plena efervescencia de La Isabela como un lugar de recreo altoburgués, "que recibía a gente de toda Europa, como el alcalde de Berna (Suiza), que curiosamente era sevillano y conoció el lugar gracias a su mujer", narra la autora.

Este ambiente de frivolidad y desentendiemiento se oscurece repentinamente con la llegada de la Guerra Civil y la reconversión de La Isabela en un psiquiátrico tétrico y oscuro. Electroshocks, enfermedades inducidas, palizas... "La represión psiquiátrica de la Guerra Civil es algo no contado y muy doloroso. Más de la mitad de los enfermos mentales en esa época no lo era de nacimiento, sino que padecía lo que hoy se llama un shock post-traumático. Los muertos en el frente tienen una tumba, éstos no, y encima cargan con un estigma social", explica Teresa Viejo.

Y en medio de este panorama, la periodista y ahora narradora ha confeccionado una novela que mezcla géneros con una naturalidad inusitada: novela histórica, thriller (el libro arranca con una muerte en extrañas circunstancias) y literatura romántica. "No ha sido premeditado, fue todo saliendo como un juego, que yo acepté como un reto; creo que el resultado es que permite una lectura ágil que salta de un género literario a otro hasta enganchar al lector", reflexiona esta periodista que aún no piensa en su próxima novela: "De momento no tengo inspiración. Mi mente sigue en La Isabela".

Teresa Viejo conoció la historia y la existencia de La Isabela por casualidad, un día que caminaba sobre pedruscos de visita al yacimiento arqueológico de Ercávica, unas termas romanas del siglo I d.C. que se creen que son origen de los posteriores balnerarios que ha habido en la zona. "Me sentí tan fascinada por la historia de ese lugar que supe inmediatamente que se tenía que contar, que había que rescatar algo de lo que nadie habla, ni siquiera los habitantes de los pueblos de alrededor", recuerda Teresa Viejo. De este modo, el primer paso fue la confección de un documental - "el oficio periodístico fue lo primero que me salió", dice Viejo- en el que la autora dio voz a los descendientes de los personajes de La Isabela. "Es ahí cuando me doy cuenta de que esta historia tenía que ser una novela, porque nadie me contaba lo que yo quería. Había un hueco que tenía que llenar yo como fuese", confiesa.

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