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Terror made in Spain

En 1965 Narciso Ibáñez Serrador provocó el insomnio con sus Historias para no dormir. En 2006, el cineasta, aliado con Telecinco, rescató la idea en Películas para no dormir, seis telefilmes de horror.

el 14 sep 2009 / 21:11 h.

En 1965 Narciso Ibáñez Serrador provocó el insomnio con sus Historias para no dormir. En 2006, el cineasta, aliado con Telecinco, rescató la idea en Películas para no dormir, seis telefilmes de horror a cargo de cineastas españoles que al fin ven la luz en DVD.

Los misterios del azar y de la televisión han querido que el destino de este proyecto se torciera en repetidas ocasiones. Anunciadas a bombo y platillo por Telecinco, los filmes salieron primero en formato DVD para alquiler, luego fueron emitidas casi de tapadillo y, finalmente, un pack con seis DVD's (uno por película) pone en las estanterías este fructífero proyecto de Ibáñez Serrador.

El cine de terror patrio ha tejido una historia de extremos, de lo mejor y de lo peor. Un vistazo a la cartelera actual permite toparse con dos filmes españoles de muy distinto sesgo; la comercial y casi familiar El orfanato y la malsana y terrorífica REC. Afortunadamente para el aficionado, el que fuera director de La residencia y ¿Quién puede matar a un niño? -dos cintas nunca lo suficientemente reivindicadas-, encargó las seis tvmovies de su nueva empresa a algunos de los cineastas que con más mimo han tratado el género hemoglobínico.

De entrada, la colección cuenta con tres perlas de excelente factura y sustos garantizados. Encabezando el ranking, en orden de mayor a menor impacto, se sitúa Para entrar a vivir, un episodio dirigido por Jaume Balagueró, que da una vuelta de tuerca a la idea de los edificios regentados por locos, en este caso una casera dispuesta a toda costa a alquilar su cochambroso apartamento.

Arropado por Leonor Watling y Sancho Gracia, el popular Álex de la Iglesia convierte La habitación del niño en un trabajo antológico en el que unos padres ven cómo su hijo desaparece tras las paredes de su propia casa. Por su parte, Ibáñez Serrador se reserva en La culpa una siniestra historia que revolverá a las espectadoras femeninas en la butaca por sus acercamientos a la medicina ginecológica...

cogiendo aire. Debió ver Telecinco que el proyecto se le desmadraba y que lo que tenía que ser una sucesión de historias de miedo, se estaba convirtiendo en una severa antología del terror. Así, los últimos tres títulos de la serie se hacen más digeribles para el público mayoritario. Sin desmerecer en la calidad de su puesta en escena, los relatos sí se hacen algo más previsibles.

Mateo Gil rodó Regreso a Moira, en la que Juan José Ballesta se las ve con fantasmas en bosques de Galicia. Enrique Urbizu revisita las historias de monstruos infantiles en Adivina quién soy y Paco Plaza, en Cuento de Navidad, elabora una historia de violentas venganzas infantiles.

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