En la clasificación de la capacidad de constancia de las personas, los hay cabezones, aquellos que se emperran sin razón en un pensamiento equivocado, y tesoneros, quienes sobre la coherencia de unos principios y unas convicciones mantienen el ritmo vital sin decaimiento, pese a las dificultades y obstáculos que pueda acarrear la tarea emprendida. De estos últimos conozco muy bien a dos personas que han demostrado sobradamente su tesón: Javier Arenas y Luís Barcenas.
Los dos están ahora en las páginas de los periódicos (en los bits de los digitales) precisamente por la indigna campaña de acoso que están sufriendo desde la cobardía de la manipulación de Wikipedia desde un ordenador de la Junta de Andalucía o desde las atirantadas páginas de un par de rotativos nacionales, que dan publicidad al secreto de un sumario.
Como de Javier Arenas todos los lectores conocen especialmente su dedicación a Andalucía sin desánimo para llevar directamente a todos los rincones el mensaje que no se atreven a difundir los medios de comunicación, tengo que referirme al tesonero del PP, perdón, el tesorero del PP, Bárcenas. Quien ha desarrollado deportes o actividades de alto riesgo que exigen no sólo la fortaleza física sino especialmente la mental, saben que subir al Everest, como hizo él, es el resultado de un tesón que sortea obstáculos sin perder de vista el objetivo de la cima, fruto de la creencia en la capacidad propia.
Quienes pensaron que Bárcenas no soportaría la presión ni quince días, no contaban con su convencimiento de inocencia y que se trata de uno de los grandes tesoneros del PP. Quienes manipulan Wikipedia para inventar maldades sobre Arenas no saben que por muchas vueltas que dé a Andalucía, no ha perdido de vista su objetivo de entrar al despacho por la calle de Palos de la Frontera de Sevilla. Y sabe que es posible.
Con Arenas y con Bárcenas sólo valen las zancadillas y las malas artes. Wikipedia o periódicos, emboscadas cobardes, y los dos siguen viendo, cada vez con menos bruma, la cima de sus objetivos. Hay valores que deberían inculcarse desde Primaria. Ah, por si hay dudas: soy amigo de los dos.
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