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Tirado y Javier, los nombres del año

Resulta complicado sintetizar un año de actualidad en dos páginas. Mas si hubiese que seleccionar, habría dos protagonistas claros: el juez Rafael Tirado, por su polémica actuación en el caso Mari Luz, y Javier Puerta, el primer bebé tratado genéticamente para salvar a su hermano enfermo.

el 15 sep 2009 / 20:33 h.

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Resulta complicado sintetizar un año de actualidad en dos páginas. Mas si hubiese que seleccionar, habría dos protagonistas claros: el juez Rafael Tirado, por su polémica actuación en el caso Mari Luz, y Javier Puerta, el primer bebé tratado genéticamente para salvar a su hermano enfermo.

La ciencia sanitaria y la Justicia han sido, sin lugar a dudas, dos de los temas clave en la actualidad de este 2008. El primero ha puesto a Sevilla a la vanguardia de la medicina; el segundo hace evidente las debilidades del sistema judicial. Uno se refiere a la vida -el nacimiento de Javier-; el otro a la muerte -la de la pequeña mari Luz-. Ninguno de los dos ha estado exento de la polémica.

A la vanguardia genética. En octubre, Sevilla saltaba a las primeras planas de todos los informativos nacionales: nacía Javier Puerta. Por primera vez en España se aplicaba al diagnóstico genético preimplantatorio para que unos padres pudieran tener un hijo sano y que, además, fuera un donante compatible para salvar a su otro hijo, de seis años. El centro protagonista de tal avance científico era el hospital Virgen del Rocío.

Su unidad de Genética, Reproducción y Cirugía Fetal, dirigida por el doctor Guillermo Antiñolo, era la artífice de este avance, que no ha dejado indiferente a nadie. La sangre del cordón umbilical de Javier servirá para realizar el trasplante que necesita su hermano Andrés para superar una anemia congénita severa (beta-Talasemia major). Se trata del primer procedimiento de estas características realizado íntegramente en España. La aprobación en 2006 de la Ley de Reproducción Humana Asistida hizo que Andalucía fuera la primera en recoger el Diagnóstico Genético Preimplantatorio como un derecho incluido en la cartera de servicios de la sanidad pública.

Este avance científico supuso para la familia de Javier una oportunidad única, y para miles de familias ha significado un camino abierto a la esperanza. Sin embargo, el logro sanitario no fue tan bien acogido por ciertos sectores de la sociedad. A la cabeza de ellos han estado la Conferencia Episcopal Española y el propio Vaticano. Sevilla volvía a ser el centro de un controvertido debate internacional: manipulación genética o no.

La Secretaría General de la Conferencia Episcopal calificó la práctica del Virgen del Rocío como una "práctica eugenésica". Varias semanas más tardes, las críticas se hacían desde el propio Vaticano, de manos de su ministro de Sanidad, el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para los Operadores Sanitarios.

Lozano Barragán criticaba que esta práctica era una acción "éticamente no válida", ya que "ninguna persona puede ser usada como medio para que otra viva". Un debate que, lejos de tener fin, seguirá vigente y que ha situado el avance del Virgen del Rocío en el centro del huracán mediático-declarativo.

Polémica en los juzgados. Si ha habido otro protagonista durante este año, ése ha sido Rafael Tirado, el juez que ha sido sancionado por no asegurarse de que Santiago del Valle, el presunto asesino de la niña onubense Mari Luz, ingresara en prisión tras ser condenado por abusos.

Durante meses, la multa de 1.500 euros impuesta a Tirado, la sanción a su secretaria -de dos años de suspensión de empleo y sueldo, mucho mayor que la del magistrado- y las actuaciones de ambos han copado buena parte de la actividad judicial de la ciudad y han conformado dos bandos: el de los jueces y el de los políticos.

El pasado 23 de diciembre, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) confirmaba la multa al juez, lo que ha abierto un nuevo debate y ha llevado al Ministerio de Justicia a anunciar que reformará el régimen disciplinario de los jueces. Además, el caso de Mari Luz forzó al Gobierno a reaccionar endureciendo el Código Penal y a aprobar medidas concretas para controlar a los pederastas. También despertó a los juzgados que, desbordados por el trabajo, protestaron abiertamente por la falta de recursos y personal.

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