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Toc, toc, ¿se puede?

Navas tenía la posibilidad de tirarse como una flecha hacia la portería contraria pero olvidó la verticalidad en favor de la conservadora horizontalidad.

el 09 feb 2013 / 23:57 h.

La candidez que mostró ayer el Sevilla es impropia de un equipo que quiere competir en Primera División, independientemente de que se enfrentara a uno de los mejores equipos del mundo. Este Real Madrid jugando a medio gas es capaz de quitarse de encima al Sevilla más pobre y soso que se ha visto desde que Emery tomó las riendas del equipo hispalense. Esperemos que el efecto positivo que había traído el técnico vasco no se haya diluido ante los cuatro golpetazos que ayer recibió en el Paseo de la Castellana. Daba la sensación de los sevillistas tenían que pedir permiso para atacar durante la primera media hora de partido. Y en esos minutos se fueron al traste todas las ilusiones que había depositadas en traer algo positivo de Madrid.

Mucho se había dicho y escrito sobre la posibilidad de que el Sevilla diera el campanazo ante un Real Madrid que tenía ojo y medio mirando al Manchester United -la Champions es su salvación de la temporada-. Los de Nervión llegaban en alza y los merengues, sin nada que hacer en la Liga y con muchas dudas en su juego. Pero nada, no hubo manera. Desde los primeros minutos ya se vio que el Sevilla había saltado pensando en algo que no era ir a por todas desde el minuto uno. Quizás el escenario intimide, pero a un equipo que aspira a Europa no deben temblarse las piernas a la hora de irse al ataque. Hubo dos jugadas de Navas que me llamaron mucho la atención. Tenía la posibilidad de tirarse como una flecha hacia la portería contraria pero olvidó la verticalidad en favor de la conservadora horizontalidad. Así es muy difícil sorprender a un equipo plagado de estrellas que con muy poco y con las contras más rápidas que se han podido ver jamás hace que te vueltas en el AVE con cara de bobo.

La otra lectura que deja el partido es la gran diferencia de esta Liga. Las derrotas ante los dos superpoderosos de nuestro fútbol hace un par de años que dejaron de escocer como antes. Son unos puntos que prácticamente son un regalo si se gana y si no puede ser, pues no puede ser. Qué remedio. Anoche quedó de nuevo patente que un gigante como el Real Madrid te puede hacer un gran roto sin pisar el acelerador pero claro, el Sevilla nunca debió pedir permiso para jugar. Toc, toc, ¿se puede? ¡Pues claro!

 En twitter: @adelgadoroig

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