Los 80 chefs de los hoteles Barceló reunidos en Sevilla junto a directivos y el doctor Escribano. Foto: El Correo Ensalada de brécol templada con setas y naranja, como entrante; solomillo de ternera con esfera de queso y mostaza con judías y brócoli, como plato principal, y, de postre, esfera de maracuyá con mandarina. ¿Se le hace la boca agua? Pues este es el menú que sirvieron ayer en el hotel Barceló Renacimiento a los 80 chefs de los establecimientos de la cadena en Europa en la primera jornada del encuentro Jornadas Formativas de Jefes de Cocina que se prolongan hasta hoy. ¿Y saben lo mejor? Pese a lo que pueda parecer los tres platos suman 511 calorías, muy lejos de las que aportarían si estuvieran cocinados con los cánones tradicionales. Tampoco es un menú excepcional. Toda la carta de esta cadena hotelera está confeccionada desde el convencimiento de que «la mejor vacuna es la buena alimentación», tal como defiende en cada una de sus exposiciones el doctor Escribano, especialista en endocrinología y nutrición y uno de los creadores del proyecto de investigación sobre nuevos procesos y métodos de cocción en los Laboratorios Gastronómicos de Barceló Gourmet Saludable. «El reto es ofrecer el mejor sabor con la mitad de calorías», arengó Antonio Escribano a los cocineros participantes en este encuentro. «Todo cuanto comemos afecta a corto o a largo plazo a nuestra salud, de forma favorable o negativa. Cuando el efecto es negativo e inmediato le llamamos veneno, pero cuando ocurre 15 años después no lo relacionamos», explicó el doctor Escribano al auditorio, tras haber detallado, basándose en los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que «el 59% de las muertes están causadas por una mala alimentación, unas veces por defecto y otras por exceso». Y explicó que cuatro de los siete riesgos cardiovasculares están relacionados con la alimentación: la obesidad, presión arterial, diabetes y colesterol. Por esto su propuesta se basa en cocinar «con sentido y buscando una utilidad», aprovechando la «funcionalidad de los alimentos». Así, por ejemplo, citó a los tomates, que son anticancerígenos y prevén el infarto de miocardio, o el brócoli, que también es anticancerígeno, o las zanahorias... En definitiva, resumió, se trata de «elegir y dosificar». De este modo han logrado que el exquisito brownie pase de unas 800 calorías a 270.