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Todo para uno y uno para todo

el 19 ene 2012 / 22:52 h.

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Regla básica en toda película/serie de ciencia ficción que se meta en estos berenjenales: la cosa está chunga si estás de viaje por el tiempo y te encuentras contigo mismo, o si vas por ahí y te chocas con un clon tuyo; lo mínimo que se despacha en estos casos es una paradoja espacio-temporal o la apertura de un agujero negro que se lo lleva todo por delante. Con esta premisa entenderán mi desasosiego con lo que estamos viviendo en Sevilla, donde nuestra existencia se desarrolla con la angustia de que cualquier día el Juan Ignacio Zoido alcalde se tope en una esquina con el Zoido parlamentario andaluz o el Zoido presidente de la FEMP. Eso puede dar lugar a la creación de una burbuja de energía que ríase usted de los aceleradores de partículas y al correspondiente hundimiento de, por lo menos, tres o cuatro universos paralelos. Porque lo que está claro es que esto tiene que ser de ciencia ficción: no se conocen antecedentes de criatura política tan activa y acaparadora de cargos, tanto que si fuera D'Artagnan le pegaría la patada a los tres mosqueteros para no tener que repartir, que aquí ya no se va a ningún lado con eso tan viejo del "todos para uno...".

Da miedo, lo sé, pero así están las cosas y así van a seguir, porque Juan Ignacio Zoido va a encabezar la lista del PP por Sevilla al Parlamento andaluz para ser tres en uno, una trinidad de cargos (y lo que tenga que llegar) que de partida deja clarísimo que el PP confía ciegamente en un político que ahora mismo es la principal pieza de artillería con la que atacar las ya frágiles murallas del PSOE en la Junta de Andalucía. Lo que ocurre es que esa sensación de omnipresencia no puede ser ni buena, resulta un poco excesiva, atosigante si me apuran. Uno se pregunta entonces cómo es posible, cómo alguien tiene esa capacidad multiplicadora que deja al común de los mortales hasta con complejo de servir para bien poquito. Dice su gente que lo que hace es sacrificar su tiempo personal, pero ni aun así me salen a mí las cuentas, aquí hay algo más.

Explicaciones se me ocurren varias, pero las voy a resumir en cuatro: 1) Resucito en este momento y lugar mi hipótesis de la máquina de clones: en realidad no hay uno solo sino que son varios los Zoido que pululan por ahí, con el riesgo ya apuntado de fractura de nuestro entorno espacio-tiempo. 2) Es un superhéroe con sus correspondientes superpoderes. 3) Tiene a un ejército de gente trabajándole y se lo dan todo hecho, de manera que él sólo llega para poner la sonrisa en la foto de turno. 4) Hay alguna de sus múltiples tareas con la que no cumple como debiera, básicamente porque no le da tiempo. Aunque soy muy aficionado a la ciencia ficción me da a mí que la respuesta correcta no está entre las dos primeras, y eso que ya me gustaría. Una pena, pero al final la explicación más sencilla siempre suele ser la correcta.

Llegados a este punto uno se acuerda del que ha sido el gran referente municipal del PP sevillano hasta la irrupción de un Zoido que no niega que se mira en este espejo, el de Soledad Becerril. La por entonces alcaldesa anunció (por cierto, fue una comparecencia de urgencia, de lo importante que veía la cuestión) que dejaba su escaño en el Congreso para consagrarse a su tarea como regidora. Sevilla necesita de toda mi atención, vino a decir, no puede haber distracciones. Alcaldesa con dedicación exclusiva a Sevilla, se encargaron de destacar.

Podrá decirse que eran otros tiempos, pero no creo que las cosas hayan cambiado mucho en esto. Y si lo han hecho ha sido para ir a más; una ciudad como Sevilla, por ejemplo, parece más complicada de gobernar que hace tres lustros. Y por ello si uno es alcalde de una ciudad de este calibre no creo que a la vez pueda ser parlamentario, porque a la fuerza uno de los dos cargos (imagino que sobre todo el segundo) no lo puede desempeñar bien, es de cajón. Y eso por no hablar de la sensación de acaparamiento que se da ante la opinión pública.

Cuando el PSOE aprobó en la Cámara andaluza la incompatibilidad de ser alcalde y parlamentario es verdad que no se cortó un pelo sacando una medida política diseñada contra el PP. Aun así, tiene su lógica y va en consonancia con lo que reclama una sociedad impulsada por movimientos como el 15-M. Igual que el PSOE no se cortó, tampoco lo hace ahora el PP usando el Gobierno central para recurrir la medida, pero es que encima no me parece honrado no decirle a la ciudadanía por qué cargo se optaría si llegado el caso el político de turno tuviese que elegir. Aunque claro, con tantos clones por ahí dando guerra, ese problema nunca lo va a tener Zoido...


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