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"Todos los barrios deben tener un Parque Estoril donde poder conocerse"

el 10 mar 2013 / 21:00 h.

Llegó al Cerro del Águila hace 24 años desde la vecina barriada de Su Eminencia. Años más tarde, Mª Carmen Petit Goig y otros residentes fundaron la asociación vecinal Parque Estoril con el objetivo de habilitar "un pulmón verde" allá donde el antiguo PGOU proyectaba 40 viviendas. En la actualidad esta "conquista vecinal" -inmortalizada en el callejero como plaza de Miguel Hernández- es ejemplo de "dinamismo social" en un estudio conjunto de las universidades Olavide de Sevilla, Autónoma de Barcelona y La Laguna de Santa Cruz de Tenerife.

-¿Cómo surge la iniciativa de reivindicar esta zona verde?
-Los vecinos vimos la necesidad de que el barrio tuviera un pulmón verde -hoy plaza de Miguel Hernández- en un espacio diáfano de 9.700 metros cuadrados que el PGOU de 1987 aparecía como zona urbanizable. Por ello nos organizamos para reivindicar esta zona verde abierta a todos, en la que a modo de gran patio se facilita la convivencia a través del medio ambiente y de otras actividades programadas en sus instalaciones. Eso sí, no se trata de una intercomunidad ni de un recinto privado.

-¿Qué ha supuesto el Parque Estoril para El Cerro?
-Todo. Hoy en día son muy variopintos los grupos de ciudadanos, del barrio o no, que se acercan hasta aquí para practicar deporte en las pistas deportivas. De hecho, hay un vecino que desde el más absoluto anonimato está haciendo una labor deportiva excelente con los muchachos, enseñándoles valores necesarios para una buena convivencia. Pero el proyecto de este parque es integrador, pues además de los jóvenes, también se incluyen pistas de petancas para los más mayores.

-¿Quién se encarga de su debido cuidado?
-¿Ahora mismo? Los operarios de Parques y Jardines [por el servicio municipal] y el propio distrito [Cerro-Amate] realizan las tareas de mantenimiento, eso está bien, pero nosotros reivindicamos que se reponga la figura de la jardinera que hasta no hace mucho se encargaba de la limpieza y de concienciar a todos. Creemos que su trabajo es necesario al corresponderse con la filosofía de este proyecto participativo de uso público que gestionamos los propios vecinos, y en el que colaboró la asociación de Arquitectura y Compromiso Social. Siempre hemos defendido la corresponsabilidad de administración y ciudadanos, para que lo mismo que todos disfrutamos del parque, también lo cuidemos entre todos.

-Alcanzado este objetivo de la zona verde, ¿qué otros retos encara esta asociación?
-El mayor de todos es que no tenemos un local donde reunirnos. Celebramos nuestras asambleas en medio del parque. Ello nos condiciona mucho. Además, como en todos los barrios, estamos viendo a diario las consecuencias sociales y familiares que está dejando la elevada tasa de paro que hay. Hay familias enteras sin ingresos que se ven obligadas a acudir a la caridad o a las ayudas sociales. En este sentido, el Parque Estoril está sirviendo para conocer de cerca todos estos casos. Pienso que todos los barrios deben tener un parque como éste para comunicarse y conocerse.

-Una crisis que también afecta al movimiento vecinal...
-Bastante. La conciencia vecinal está muy pobre. Tenemos que despertarla porque ha quedado adormilada con la crisis. Tenemos que poner algo de nuestra parte y no quedarnos en casa viendo novelas rosas. Nos hace falta pensar, organizarnos y preguntarnos qué está pasando aquí.

-¿Cuál es su propuesta?
-Organizar a la ciudadanía para establecer una nueva economía al servicio de las personas y en equilibrio con la naturaleza para que no se repita lo que estamos viviendo. Pienso que el 15M y otros movimientos ciudadanos, como Equo, son muy confluyentes. De todos ellos está surgiendo un nuevo planteamiento político y social.

-Volviendo al Cerro, ¿cómo es la relación vecinal con el Gobierno de Zoido?
-Sinceramente, a nosotros nos están atendiendo muy bien, y nos responden al teléfono, cosa que otros no hacían. Y eso que nosotros no le reímos las gracias a nadie, pues esta asociación nunca ha sido cliente político de nadie, pese a la histórica tendencia que arrastra el Cerro. Creo que en el momento en el que un determinado partido político le pide el voto a una asociación de vecinos, se crea clientelismo político que hace que se olviden los verdaderos problemas del barrio.

-¿Se notan los recortes en el distrito y, por ende, en el barrio?
-Mira, aquí hay dos teatros: la Sala Fly y el Távora. Ninguno está abierto. No tienen programación por la crisis y la falta de ayuda pública, pese a la apuesta tan grande que se hizo al emplazarlos en un recinto de polígonos. Tenemos la Cultura aquí al lado y no la cuidamos. Nos gastamos 30 euros en una entrada de fútbol y no diez para ir al teatro. Es necesario el apoyo de las administraciones no sólo a nivel económico, sino para abrir cauces que faciliten que la Cultura llegue a aquellos sectores que tienen menos acceso.

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